Por los caminos del Señor

Hola… La historia que voy a contarte es una historia de éxito pero que no está exenta de mucho dolor, hasta me atrevería a decir algo de mala suerte, pero mejor dejémoslo como situaciones que nadie quisiera tener. Esta historia sucedió en el siglo pasado, en la década de los ochenta. Un bebé fue abandonado en la puerta de ingreso de un monasterio de monjes de clausura. Un monje vio una caja de zapatillas y al abrirla, se dio con la sorpresa de que había un bebito. Los monjes se hicieron cargo del niño por un tiempo.

Cuando el bebé tenía 2 años, sufrió un terrible accidente automovilístico. Iba en la parte delantera del coche y al chocar con otro carro se rompió en mil pedazos. El niño se golpeó de tal manera, que pensaron que había muerto. En la UCI del hospital lo atendieron y tuvieron que suturar su carita, llegando a ponerle cien puntos.

Con la gracia de Dios, el niño salió del hospital y vive hasta el día de hoy. Él cuenta que durante su niñez y adolescencia, en ocasiones no le hicieron sentir bien por su cicatriz en el rostro, a pesar de conocer su historia personal.

Sin embargo, esto le sirvió para fortalecerlo y hacerle comprender que nada en la vida es fácil y que usualmente cometemos injusticias. En la adolescencia, comenzó a brillar en su colegio con una cualidad que Dios le había dado, el fútbol, cambiando muchas cosas entre sus compañeros, pero no quedó exento de burlas y desprecios.

Continuó en la carrera del fútbol y llegó a formar parte de la selección de su país, Francia, y fue capitán de Bayern Múnich por casi 19 años. Dejó el fútbol alemán y estuvo un año en el fútbol italiano, retirándose el año pasado, formando parte actualmente del cuerpo técnico de un equipo de fútbol. Se le recuerda en una dupla que se hizo famosa en Europa, con un holandés llamado Robert, ambos respetados y temidos para los equipos contrarios.

Esta historia es de Franck Ribéry, jugador del fútbol francés, triunfador en el mundo y quien habiendo ganado mucho dinero, más de uno le preguntó por qué no se hacía una cirugía estética, respondiendo: “Es la marca de mi vida, porque he podido triunfar a través de las dificultades”.

Estamos comenzando el mes de julio, mes de la patria y por lo tanto un mes de compromisos y por encima de las dificultades que podamos tener, debemos ser conscientes de que si sabemos encauzarlas, serán para nosotros y para el Perú un auténtico camino de éxitos.

“No pidas permiso para volar, las alas son tuyas y el cielo no es de nadie”

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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