Por los caminos del Señor
Hola… No cabe en este momento un deseo que no sea este: ¡FELIZ NAVIDAD! Lo que el mundo necesita es esperanza. Lo que el mundo puede dar es amor. La esperanza nos viene de muchos lugares, el amor solo puede salir de nuestros corazones, pero tanto la esperanza como el amor, surgen de lo ocurrido hace dos mil años en la ciudad de Belén: “Un niño ha nacido, venid a adorarle”.
Si algún día de esta semana has pasado por alguno de los laterales del colegio Nuestra Señora del Consuelo, además de una bellísima iluminación navideña, hemos colocado unos carteles alusivos a esta fecha. San Agustín nos dice: “Que nuestro corazón sea el mejor pesebre para Jesús”.
Es cierto que al igual que el nacimiento de Jesús, previamente hubo circunstancias dificilísimas con María y con José. El nacimiento del Niño Dios, a pesar de ser un parto normal, las circunstancias no fueron favorables sino que todas ellas jugaban en contra de aquella joven pareja, cuya esposa estaba por dar a luz de un momento a otro y tal fue la realidad, que esa noche del 24 dio a luz en un establo de pastores en la ciudad de Belén.
En octubre del presente año estuvimos en Tierra Santa con un grupo de personas. Previamente recorrimos durante tres días el río Nilo, en Egipto. Yendo en el barco, estaba en la cubierta durante un precioso amanecer pensando que en algún lugar de ese río había sucedido una bellísima historia conocida a través de la Biblia. Un niño en una canasta surcaba el río Nilo, el río donde yo estaba en ese momento. Llegando al Palacio Real, la hija del faraón que se estaba bañando en él, lo encontró y al salvarlo de la aguas le puso el nombre Moisés, que es lo que significa. Pensaba también que días después iba a estar en el lugar donde nació el Niño Dios, en la ciudad de Belén.
Ambos nacimientos, como muchos otros, no se dieron en las mejores circunstancias. Y ya que estamos en época futbolera del post mundial, tengo entendido que la mamá de un reconocido futbolista cuando estaba embarazada le pidió al médico abortar. ¡No lo haga, señora! -le dijo el doctor. Este niño a usted y a mucha gente le dará muchas satisfacciones. Estamos hablando de Cristiano Ronaldo.
El próximo domingo de Año Nuevo te sigo contando más…
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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