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Por los caminos del Señor

Fecha Publicación: 05/11/2022 - 22:40
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Hola… Comenzaremos con una historia en la cual el protagonista es un hombre que se perdió en el desierto, llevaba muchas horas sin tomar agua y sentía que iba a morir deshidratado. Pero el destino le tenía preparado algo maravilloso, al final del camino se encontró con una casita destartalada, sin ventanas, sin puertas y apenas un pequeñísimo techo cuya sombra era mínima. Para su sorpresa, en ese lugar había una vieja bomba de agua, oxidada. Se acercó con mucha dificultad y cuando llegó a ella, tomó la manivela y comenzó a bombear sin apenas detenerse, con las exiguas fuerzas que le quedaban cayó extenuado pensando que poco era el tiempo que le quedaba de vida. Pero encontró una botella muy vieja y sucia con agua y una hojita pegada al plástico que decía: “lo que usted necesita primero es verter esta agua en la bomba y al final volver a llenar la botella antes de marcharse”.
Pero aquí comienza el dilema, el hombre pensó: “si tengo el agua a la mano, para qué molestarme en hacer otra cosa”. Pero también pensó: “si vierto su contenido en la bomba, podré sacar agua fresca y al final dejarla llena para el siguiente viajero”. Dudó por un instante, pero al final tomó una decisión… verter toda el agua de la botella en la bomba, tal y como lo pedía la instrucción. Apenas tenía fuerza para bombear y sin saber de donde le salían comenzó. Primero se desanimó porque no sucedía nada y la poca agua de la botella ya la había echado en la bomba. Sin embargo pasó algo maravilloso, comenzó a salir un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente el agua corrió con abundancia, agua fresca y cristalina. Bebió hasta saciarse y llenó la botella para dejarle al siguiente viajero. Antes de irse, escribió esta frase: “Creanme que funciona, usted tiene que dar toda el agua antes de obtenerla nuevamente”.
Salimos de la historia para reflexionar y aunque la vida moderna nos lleva más al egoísmo que a la solidaridad, esta es un valor eterno y confiable a lo largo de la historia de la humanidad.
Dice el poeta: “En esta vida solo tengo lo que di”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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