Por los caminos del Señor
Hola... El pasado viernes 13 de marzo una de las personas que conozco desde que llegué al Perú, hace 40 años, es el P. Clemente Sobrado. Escucharle y leerle es un auténtico regalo del Señor. No sé la edad que tiene en este momento, pero como el buen vino, cada año mejora su pluma y su palabra. Creo que muchos de ustedes se unirán a mí con una oración por sus 66 años como sacerdote de la Iglesia Católica, en su experiencia de Religioso Pasionista.
“Era el 13 de marzo de 1954. Una mañana fría, pero llena de ilusiones. Todos corriendo del frío, pero con un corazón lleno de esperanzas. Así amaneció aquel día de mi ordenación sacerdotal. Un día largamente esperado, pero que mereció la espera. Por fin, éramos ordenados sacerdotes.
Una meta que llegaba a su fin. Pero una meta que era el comienzo de algo nuevo. Una meta muchos años esperada. Y ahora florecida en manos sacerdotales. Florecida en vidas sacerdotales. Ahora comenzaba el largo camino de 66 años vividos con ilusión. Si grande fue la meta de la espera, mayor fue la meta de una vida vivida. Manos que ya no eran mis manos. Sino manos de Eucaristía. Que cada día florecerían con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Que cada día florecerían repartiendo comuniones. Que cada día florecerían repartiendo bendiciones. Que cada día florecerían repartiendo absoluciones. Que cada día florecerían acogiendo, apretando y levantando.
Han pasado 66 años desde aquella mañana. Y hoy miro estas manos consagradas y sigo estremeciéndome. Porque siguen siendo las manos de Jesús extendidas a todos. Porque siguen siendo las manos de Jesús dándose a todos.
Manos humanas, pero que tienen tanto de divino. Manos como cualquier otra mano y son tan distintas. Manos humanas que Dios ha hecho suyas para extenderse a todos. Manos humanas que Dios ha hecho suyas para darse en comunión.
Gracias, Señor, por estos 66 años de vida sacerdotal. Gracias, Señor, por las veces que te encarnaste en ellas. Gracias, Señor, por las veces que has bendecido y absuelto con ellas.
Son mis manos, sí, las mías. Y son tus manos y así quiero que sigan siendo hasta que tú lo decidas. Gracias, Señor, por aquel 13 de marzo 1954. Y gracias, Señor, por estos 66 aniversarios: 13 de marzo del 2020. Conságrame de nuevo y hazme cada día sacerdote de tu Palabra y de tu Amor” (Clemente Sobrado cp).
“Nunca dejes a Dios fuera de tus proyectos, Él es la clave del éxito”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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