Por qué aumentar el Salario Mínimo Vital en Perú
El salario mínimo en el Perú está establecido por ley y tiene como objetivo garantizar un nivel de vida básico para los trabajadores, protegiéndolos de salarios excesivamente bajos.
Esta definición es casi universal, pero los parámetros que se utilizan varían significativamente de un país a otro debido a diferentes contextos económicos, sociales y políticos.
Se suele alentar la inversión en un país ofreciendo salarios bajos, más aún cuando la competitividad y la productividad de la mano de obra son mínimas; algo que sucede en el Perú debido, principalmente, a una educación deficiente, poca tecnología y gerencia con baja productividad, según el último Ranking de Competitividad Mundial.
También hay países como Costa Rica, que ofrece zonas francas sin impuestos, con el compromiso de que los salarios sean significativos, construyendo progresivamente una clase media sólida, indispensable para el desarrollo del país. De esta manera, el Estado percibe ingresos del impuesto a la renta de sus ciudadanos, a quienes les ofrece una educación de calidad que les permite disponer de una alta productividad.
Costa Rica tiene el salario mínimo más alto de la región con 687 dólares mensuales, le siguen Uruguay con $556, Chile con $532, Ecuador con $460, México con $440, Guatemala con $417 y Paraguay con $367. Por otra parte, hay países en los que su salario mínimo es de los más bajos, como Perú con $277, República Dominicana con $245, Argentina con $163 (pero con una economía que inicia su recuperación) y, por último, Venezuela con $3.61, salario que se complementa con asistencialismo directo del Estado.
El salario mínimo de Perú de S/ 1,025 (sin descuentos) ahonda más la pobreza cuando sus habitantes tienen una educación, una salud y una infraestructura vial totalmente deficientes, que los obliga, con sus escasos recursos, a gastar en estos servicios, a lo que se suma la falta de seguridad a la que se enfrenta el país. Lo paradójico es que Perú es uno de los países de América Latina que más ha crecido económicamente en las últimas 3 décadas, pero sin generar desarrollo.
En Perú, en los últimos 13 años hubo aumentos del sueldo mínimo. En agosto de 2011 subió de 600 a 675 soles, y en julio de 2012 se elevó a 750 soles. Luego, después de 4 años, en mayo de 2016, aumentó a 850 soles y en 2018 a 930 soles. Posteriormente, en mayo de 2022, se elevó de 930 a 1,025 soles.
Desde mediados de 2021 a la fecha existen seis proyectos de Ley en el Congreso de la República propuestos para el aumento; pero solo un 2% de la población económicamente activa, cerca de 350,000 trabajadores, se beneficiarían de un posible aumento de la Remuneración Mínima Vital (RMV), dejando de lado a cerca de 12 millones de trabajadores informales del país.
El Ministerio de Economía y Finanzas proyecta que la economía peruana alcanzaría una tasa de crecimiento interanual de 3,1% en 2024, mayor a lo registrado en 2023 (-0.6%). Sin embargo, la inversión privada solo creció 1% en el primer semestre y el consumo privado permanece estancado. El desafío es generar un mayor número de empleos adecuados (formales), que al menos permitan a los trabajadores acceder a la canasta básica de consumo (S/ 1,784 para familias de 4 personas), con protección social y derechos laborales.
Recientemente, el ministro de economía ha manifestado la posibilidad de un alza de la RMV, pero los representantes de los gremios empresariales sostienen que no es un momento oportuno, porque solo hay un crecimiento estadístico luego de la recesión de 2023, y se afectaría más a las pequeñas y microempresas, que están en una situación financiera asfixiante, lo que las podría empujar a la informalidad.
Existen propuestas como la de la CGTP que exige, progresivamente, en un plazo de cinco años, elevar el pago básico a S/ 2,400.
En este contexto, nuestra propuesta para recuperar la capacidad adquisitiva del salario mínimo, siguiendo los lineamientos del Consejo Nacional del Trabajo (CNT), que está integrado por gremios sindicales, el Gobierno y el sector privado, conllevaría a elevarlo del actual S/ 1,025, hasta S/ 1,250. Ese es un tema que debió resolverse en el CNT; sin embargo, recién se convocaría para el mes de agosto. En este contexto, lo probable es que durante el mensaje presidencial se anuncie este incremento.
Para hacer esto viable a largo plazo, es necesario concentrarse en mejorar la capacitación, educación y acceso a tecnología de los trabajadores peruanos a través de los CETPRO y otras instituciones.
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