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¿Por qué conformarnos con tan poco?

Fecha Publicación: 10/12/2024 - 22:40
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Los principales noticieros del mundo destacan la solidez de nuestra economía, resaltando que esto se ha logrado sobreponiéndonos a la inestabilidad política de nuestro país en la última década.
Información reciente de ADEX estima que nuestras exportaciones, al finalizar el 2024, superarían los 73,000 millones de dólares, un nuevo récord histórico impulsado principalmente por la minería y la agroindustria.
La minería formal, desacelerada en su crecimiento por la postura anti minera de Humala, Vizcarra, Castillo y Boluarte, pero favorecida por los precios internacionales de nuestros minerales, contribuye con más del 60% del monto exportado. La agroindustria, un sector a emular, terminara el año exportando más de US$ 11,000 millones que pudieron ser muchos más si no se hubiese derogado el 2020 la ley de Promoción Agraria, ley que recientemente el Congreso, acertadamente, ha restablecido.
Estas cifras nos deberían llevar a la reflexión. En nuestro querido Perú hay enormes contrastes y desigualdades. Millones de peruanos viven en medio de la pobreza ante la inacción de gobernantes incapaces de habilitar infraestructura suficiente para atenderlos con mejores servicios de educación, salud, seguridad y transporte. Sin embargo, la solución está dormida en las entrañas de nuestra tierra. Contamos con una riqueza de minerales muy apreciada en los mercados internacionales que generarían ingresos en el corto plazo si hubiera voluntad política y un Estado gestor que promueva y atraiga inversión para repotenciar la minería formal y paralelamente establecer, para la pequeña minería responsable, condiciones y plazos que se cumplan para apoyarla.
Los últimos gobiernos, títeres de la izquierda empobrecedora y sus oenegés, con la excusa de proteger el medioambiente, ponen cada vez más trabas y exigencias a las nuevas inversiones en la minería formal. En cambio, esos mismos gobiernos han sido permisivos con la minería ilegal que, “chalequeada” por organizaciones criminales, opera sin control, contamina, depreda, no paga impuestos y se esconde detrás de la minería artesanal e informal, para beneficiarse y fortalecerse con las normas, leyes y plazos que se instituyeron para formalizar a la pequeña minería. En todos sus intentos han fracasado.
La minería ilegal mueve más dinero que el narcotráfico. Es casi seguro que el REINFO se extenderá indefinidamente porque al registrarlos se les exime de responsabilidad penal por delito de minería ilegal. Es evidente que el dinero de la minería ilegal ha ganado la voluntad política de los últimos gobiernos y por sus generosos aportes hoy tiene representantes en el Congreso que defienden sus intereses con votos.
No podemos aspirar a vivir en un Perú con futuro si seguimos eligiendo gobiernos informales que, socavando nuestra economía, defienden la ilegalidad. Tampoco avanzaremos teniendo legisladores, en su mayoría mediocres, que actúen como un gremio. ¡Así nunca veremos la luz al final del túnel!

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