¿Por qué el “pobre” siempre consigue dinero para el entretenimiento?

Ser honesto es peligroso. Toda verdad siempre será incómoda y pondrá en gran ventaja o en peligro a quien la diga. Ser honesto es ponerse en riesgo y en la gloria. Cuando se habla de los pobres, algunos sienten que les han tocado el nervio que los sacude, porque, sin pobres, su ideología desaparece. ¿Saben quiénes hicieron mucho dinero durante el año completo de la pandemia? Sí, los ricos; porque ellos siempre ven la oportunidad en el caos. Esto no tiene que ver con “avaricia”, sino con algo que se encuentra en nuestra mente: inteligencia. Para nadie será jamás una novedad que, en el 2020, las políticas inservibles y las mediocres decisiones del gobierno de Martín Vizcarra nos empobrecieron un 10 % a todos los peruanos. ¿Qué significa esto? El Perú no está creciendo como nos dice el BCR o el gobierno. Señores, no se engañen. Estamos regresando a ese 20 % de pobres que éramos en el 2019. En el 2023, los pobres se hundían con casi un 30 % de miseria, en pleno siglo XXI y en el esplendor del capitalismo.
A pesar de la bonanza económica que tuvo nuestro hermoso país durante el periodo 2009–2019, ¿por qué continuamos con el incremento de pobres? Tengo una teoría clara e incómoda. La verdad molesta, no cae bien a nadie. Pero, ¿saben qué? No me importa. Las circunstancias y el lugar en que una persona nace no determinan que vaya a quedarse allí. Tenemos millones de peruanos con mentalidad de pobres, con mentalidad derrotista, desesperada y conformista.
Mantenemos a peruanos sin educación financiera. Alimentamos la mentalidad mediocre de peruanos que piensan en “vivir el momento”, “disfrutar mientras se pueda”. Las cifras de pobreza se llenan de peruanos que nunca tienen para invertir en educación, en salud, en una buena alimentación o en un buen libro que los saque de su mediocridad. Pero siempre sacan dinero para el entretenimiento, para la fiesta de quince años, para el concierto de Pamela López con Christian Cueva como segunda voz, la juerga de fin de semana y las cervezas con los vagos de nuestros amigos en la esquina del barrio, que son igual de mediocres que nosotros. Esa es la verdad, pero muchos la soslayan o se victimizan.
La pobreza es la suma de nuestras horas mal utilizadas. Es vivir siempre bajo la satisfacción inmediata. Si los peruanos buscamos progresar, emprender de verdad y no jugar al “emprendedor”, debemos tener mucho cuidado en qué invertimos nuestro tiempo. Hago hincapié en la característica del entretenimiento: los pobres siempre consiguen recursos para el entretenimiento. No entienden lo que leen, pero sí saben a qué fiesta irán el fin de semana.
Finalizo con estas preguntas: ¿Cómo están invirtiendo su tiempo? ¿Están actuando para salir de la pobreza económica en la que se encuentran o están esperando que el Estado corrupto les resuelva sus problemas con bonos? En lugar de actuar, ¿están entretenidos con la novela, los amigos inservibles o la juerga del fin de semana? La economía es dinámica gracias a las personas y al accionar de las personas. Quien no actúa, se hunde. Quien solo se entretiene, nunca avanza.

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