ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

¿Por qué no batallan contra la corrupción?

Imagen
Fecha Publicación: 14/12/2021 - 23:00
Escucha esta nota

Con ese desparpajo característico de este régimen, el ministro Francke sostiene que “El precio de los metales está en un nivel muy bueno. Más de US$ 13,500 millones ya han ingresado a las empresas mineras desde que comenzó el alza de precios, y pensamos que esta riqueza debe compartirse con justicia.” Seguramente le picó el ojo e hincó el hígado, como le ocurre cuando “veo circular por Lima vehículos de 200,000 dólares.” O quizá salive su boca alucinando que, en vez de que las empresas privadas mineras reciban ese ingreso, siguiendo las órdenes de su primera ministra, la antiminera Mirtha Vásquez -y por supuesto, apelando a su disciplina comunista que cada día se consolida más en la gestión Castillo- lo que verdaderamente quiso decirnos el ministro Francke es que aquellos US$13,500 millones debió haberlos recibido ese probosidio anquilosado, cuadrapléjico y corrupto, también conocido como el Estado peruano.

El ministro Francke, amable lector, debería preocuparse más bien por reformar el ogro estatal inútil con el que cargamos los peruanos. Ente que se nutre de su trabajo, su arrojo y riesgo, para que los gobiernos malversen su dinero dilapidando el fruto de sus impuestos en corruptelas transversales, burocracias ineptas, iniciativas improductivas, malversaciones, compra de conciencias, pago de favores, asesorías/consultorías estrafalarias, avisaje estatal, etc. Son decenas de miles de millones de soles que se evaporan cada año en esos menesteres. Pero, además de todo aquello, malgastan los tributos consistiendo ineficiencias burocráticas que no solo desvalijan al Fisco, sino distorsionan los presupuestos y acaban paralizando los proyectos. La prueba es que la mayor parte de ministerios no llegan a ejecutar ni el 50% de sus asignaciones. Lo mismo sucede con las regiones y las municipalidades. Si el ministro Francke tuviese visión de estadista, primeramente ocuparía el cien por ciento de su tiempo en ordenar, reformar y convertir en eficiente al Estado; en lugar de dedicarse a ver cómo le extrae más dinero al público y cómo exprime a la actividad privada, al extremo de volverla ineficaz hasta ahuyentarla.

¡Vale decir, amable lector, lo que verdaderamente debería hacer el ministro Francke es, de una vez por todas, abocarse a acabar con las ineficiencias! Y el primer paso es enfrentarse a la corrupción. ¡El ministro Francke no puede estar de acuerdo con que el presidente se reúna con proveedores del Estado en un local ajeno, sin registro oficial, como manda la norma; ni tampoco en convivir con un jefe del partido de Gobierno que medró del Estado, como sentenció el poder Judicial! ¡Por más que los comunistas dan vuelta a la tortilla y busquen salir del escándalo apelando a excusas intolerables, esto no es batallar contra la corrupción! De manera, ministro Francke, que estando el Perú sumido en una feroz crisis social, política, económica, anímica, etc., mejor sería que deje momentáneamente de lado su “reforma” tributaria y se ponga a trabajar por la eficiencia y contra la corrupción. Mejoraría significativamente sus pergaminos como economista serio, en vez de ser furgón de cola de un régimen corrupto e inepto.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.