Posibilidad de un megasismo
Es conocido que el Perú pertenece al cinturón de fuego del Pacífico, donde ocurren el 80% de los sismos de gran intensidad en el planeta y está asentado en una zona de placa tectónica denominada Nazca en subducción con la Continental, que producen temblores y terremotos con frecuencia en nuestro país.
El renombrado peruano Ing. Raúl Delgado Sayán, miembro del Directorio de Asesores en Ingeniería Civil y Medio Ambiental de la Universidad Georgia, viene sosteniendo que es muy probable que en un corto plazo, en Lima y Callao ocurra un terremoto del orden de magnitud 8.8 / 9.2, que replicaría el terremoto del 27 de octubre de 1746 (hace 275 años), se liberaría una energía acumulada del orden de 300 mil toneladas de TNT o dinamita, frente a las costas y en una longitud de alrededor de 400 km que implicaría duraciones cercanas a los 2 minutos (velocidad de ruptura de 3 km/seg) .
Como consecuencia de la energía liberada superior a las bombas de Hiroshima y Nagasaki, con posible tsunami en nuestras costas, causarían lamentables fallecimientos, entre 200 a 300 mil personas; cerca de 2 millones de heridos y un alto porcentaje de destrucción de más de un millón de viviendas precarias e informales, donde residen alrededor de 8 millones de peruanos, de los cuales 3 millones habitan principalmente en los cerros que rodean Lima.
Ante este complicado panorama, se debe priorizar la vida y garantizar el menor daño posible, esencialmente los servicios básicos de la ciudad como agua, alcantarillado, electricidad, hospitales, centros educativos, carreteras y puentes que conectan a la capital, así como sistemas de transporte, abastecimiento de agua, combustibles y efectivo en los cajeros, industrias básicas alimentarias; puertos, aeropuertos, etc. En especial mantener operativas las alarmas preventivas de sismos y tsunamis.
Para ello se necesita un Plan de Acción a la brevedad posible, no sólo las conocidas recomendaciones, deben enfocarse en soluciones de ingeniería como desarrollar planes de reforzamiento estructural que atenúen significativamente las pérdidas humanas, el número de heridos y el patrimonio del país.
Los ingenieros peruanos conocedores de este tipo de fenómenos naturales deberían ser invitados por las autoridades de Gobierno, para organizar grupos técnicos que pongan en ejecución y con recursos presupuestales asignados, las medidas de este plan de acción. Acompañados por miembros de FF.AA., Policía y Bomberos, con el fin de reiterar el concepto básico “La vida es lo más importante” y asignar las áreas apropiada para pasar los complicados días después de un desastre de esta magnitud.
Como información complementaria, el terremoto de mayor intensidad en el mundo fue en Valdivia - Chile el año 1960 con una magnitud de 9.5 en la escala de Richter, con tsunami y 350 fallecidos, contrario fue lo de Haití, con una población de 11 millones, en el año 2010 un terremoto de IX en la escala de Mercalli, dejó 320 mil fallecidos y cerca de 400 mil heridos.
En el Perú, el más destructivo y con más lamentables muertes (78 mil) fue el terremoto que remeció la Cordillera Blanca en 1970 con 7.9 grados en la escala de Richter, sepultando con más de 35 millones de m3 de piedras y lodo a la Ciudad de Yungay; y los más recientes son el de Pisco 2007 de 7.9 y el de Amazonas de 7.5 el 2021.
Finalmente, esperemos que el megaterremoto previsto no se presente con tan alta magnitud, pero es indispensable que nuestras autoridades implementen acciones preventivas que protejan la vida, y lograr que las cifras estimadas de fallecidos y daños estructurales disminuyan considerablemente.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
