Practicidad para continuar vacunando
Al cierre de esta columna se esperaba el anuncio de parte del Ejecutivo de cómo distribuirán las 167 mil vacunas de Pfizer contra el covid-19 que ya llegaron al Perú, la premier Violeta Bermúdez ha señalado a la prensa que estas “requieren de una cadena de frío bastante estricta, a fin de que sea aprovechada correctamente y no se presente algún percance” y que al menos tres gobiernos regionales han asegurado contar con los equipos necesarios para tales efectos. Entre tanto, apreciamos el despliegue del personal del Programa de Atención Domiciliaria de los Adultos Mayores – PADOMI perteneciente a EsSalud en la vacunación de estas poblaciones vulnerables iniciada exitosamente el pasado 8 de marzo, en razón de que estos ya estaban previamente mapeados por la entidad, poseen logística y una página web habilitada para la actualización de los datos del asegurado, todo lo que ha facilitado estratégicamente la tarea.
Sin embargo, el universo de las personas antes llamadas de la “tercera edad” no podrá ser atendido con la celeridad y urgencia que demanda esta pandemia a nivel nacional, precisamente por un tema de organización y de equipos que garanticen la “cadena de frio” en el caso de las vacunas Pfizer, requiriéndose de alianzas estratégicas con el sector privado para dicha finalidad; pero hasta que eso suceda miles de peruanos seguirán muriendo sin haber logrado inmunizarse de los estragos mortales del virus y en este caso, por citar un ejemplo, el Ministerio de Salud se encuentra en desventaja frente a EsSalud, que hasta que estén meridianamente organizados, por sentido común el Gobierno Central debiera facilitarle estas 167 mil vacunas Pfizer a Padomi, para que continúen con el proceso de inoculación, en tanto llegan los demás lotes de éste y otros laboratorios para su distribución al Minsa y demás entidades estatales según las fases acordadas.
Por favor, todos somos peruanos, es indistinto si se es asegurado o no, el presidente Sagasti ha dicho que nadie en el país quedará sin ser vacunado, pero los factores riesgo y tiempo nos juegan en contra; el nivel de contagio, hospitalización y mortalidad siguen en cifras picos en esta “segunda ola” y es menester adoptar decisiones a la luz de la “practicidad”. Al menos en atención a los requerimientos técnicos que se exige en el caso de las Pfizer, los lotes de vacunas que ya están en el Perú tendrían que ser distribuidos a las instituciones que como EsSalud ya estén organizadas y preparadas estratégicamente para ello, debiendo quedar de lado los criterios políticos o “celos sectoriales”, si es que existieran. A más de esto se acerca el “otoño”, será más difícil dejar puertas y ventanas abiertas para airear los ambientes (para evitar la “carga viral”) y estadísticamente otoño e invierno hacen más vulnerables a las personas a contraer enfermedades respiratorias. Razones de más para ser “prácticos”.