ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Precarios y dadivosos

Imagen
Fecha Publicación: 25/03/2024 - 21:10
Escucha esta nota

El contrato Grace (Cáceres, 1889) que cedía el control de los ferrocarriles y permitía pagar las deudas (entre ellas a Chile, si Perú ganaba el plebiscito) registra, de pasada, sobornos con relojes de oro que Grace encargó desde Nueva York. Se refiere vueltas extrañas en la correlación de fuerzas parlamentarias (cese de diputados que se oponían, como los liderados por Químper) y extrañas gratitudes a funcionarios, “como recompensa por la asistencia a nuestra causa (la de Grace)” (Quiroz, Historia de la corrupción en el Perú). González Prada fue severo con el contrato, pero la historia les fue leve porque en el Perú la impunidad es un juego de postas.

Un reloj puede ser un regalo sutil, lo que lleva a preguntarnos si es que hubo algún flujo de relojes y regalos de joyería en los tiempos de Odebrecht como en los de Grace. Convendría revisar los viejos videos de todos y ventilar antiguos armarios. Es que, a escala mundial, de Odebrecht se dice: “El uso de codinomes (…) para identificar ciertos funcionarios (BBC, 2019; Delfino, 2019…) y el empleo de sobornos no monetarios, como autos de lujo, piezas de arte, relojes Rolex, botellas de vino, yates y hasta helicópteros (Watts, 2017), fueron parte de dicho esquema organizacional” (Aposta 96, 2023).

Se refieren los líos de un presidente regional por denuncias de regalar Rolex…, quizás los periodistas sean más acuciosos y comiencen a desempolvar videos públicos de todos (omnibus illis qui aliquam relationem habent). Es en ese remolino en el que se encuentra atrapada Dina Boluarte, cercada por la peculiaridad de sus relojes: trazabilidad, fácil seguimiento y quiénes intervinieron. ¿Segunda mano? ¿Ahorros? ¿Bamba? ¿Regalo? El alto valor y la posibilidad inminente de acceso a la verdad obliga a la gobernante a franquearse. Como fuera, esconder llevaría a una sucesión de eventos incriminatorios. No se puede juzgar lo que aún no se sabe como lo hace Perú Libre antes de cualquier comprobación.

La precariedad actual nos recuerda a la anarquía de los caudillos de los albores del siglo XIX y a la barbarie inestable de los años de Sánchez Cerro. Es esa gran lotería de Babilonia (narrada por Borges) en la que se ha convertido el Perú narrado por Basadre. Una vacancia es peligrosa sin reformas electorales, pero a ella nos dirigimos por una cándida banalidad, tan torpe como la impudicia de Castillo al tomar la plaza con soldados de papel.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.