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¡Preocupado por el qué dirán!

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Fecha Publicación: 03/08/2022 - 22:20
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Existen diferentes perfiles de personalidad, unos a quienes no les interesa “el qué dirán”, se muestran a la vida tal como son, auténticos, sin limitaciones que los perturben, a otros les interesa a medias, según las circunstancias, se acomodan al escenario que interactúan; y a otros les interesa y se preocupan qué piensan las personas sobre él o ellos. Este es el tema que vamos a desarrollar.

Definitivamente, esta clase de personas están atravesando un gran problema de personalidad, viven en función de la gente y no de ellos mismos, son personas acomplejadas, no son conscientes de sus propios éxitos, sino están acondicionados por la aprobación de terceras personas; su inseguridad los hace esclavos de sí mismos, perdiendo la fe, que mueve montañas para lograr los objetivos que los seres humanos se proponen alcanzar.

Recuerdo de algunas familias que decían “hay que vivir de la apariencia”, sin mostrar lo real que eres realmente, sino aparentar lo que no eres, a nadie le interesa realmente las cosas que estás pasando, sino cómo te presentas ante los demás, grave error, porque estás formando una familia hipócrita, con falta de sinceridad y solidaridad, con una incapacidad de colocarte en el lugar de otras personas, para que no se descubra realmente quién eres y qué eres capaz de hacer con la finalidad de que no seas discriminado o discriminada, pero tarde o temprano se sabrá en esencia el verdadero “yo”.

Conocí el caso de una familia en que la hija había mantenido relaciones sexuales fuera de matrimonio con una tercera persona, que no era el novio; y la mentalidad del futuro esposo era que necesariamente tenía que casarse con una mujer que no había sido poseída por ningún varón, en su mente prejuiciosa no lo aceptaba, al punto que le solicitó a su pareja concurrir al médico para establecer que no estaba desflorada. La mujer se negó, diciendo que nunca había tenido relaciones con otras personas, lo que no era verdad, y que cómo iba a dudar de su sinceridad, pero ella no miró más allá, que estaba con una persona desconfiada, insegura, que los conceptos de la relación humana eran muy rígidos, incapaz de comprender que la felicidad de una relación de pareja no está basada en si la mujer es virgen o no. Sin embargo, le tuvo que comunicar a sus padres lo que estaba sucediendo; y ellos, en lugar de aconsejarla que le dijera la verdad, porque cuando existe amor verdadero no importa la situación física, y con el fin de no perder el buen partido que tenía la hija con el novio decidieron concurrir a un médico cirujano ginecólogo con el consentimiento de la hija con la finalidad de practicarle una cirugía reconstructiva en la zona del himen, con la finalidad de que aparentara que nunca fue desflorada, y así sucedió, se casaron; empero, la relación no duró, porque había comenzado mal, aparentando algo que había sucedido y no lo dijo, por vivir de la apariencia y no darle valor a los contenidos, le interesó más a la novia y a los padres no perder el estatus social y económico del novio que decirle la verdad. Al ser humano se le quiere como es, no como quiera que deba ser, así no son las cosas.

Estamos en el siglo veinte y uno, venimos arrastrando modelos existenciales que no se aplican en la realidad, simplemente porque el ser humano evoluciona, el concepto de las relaciones ha cambiado enormemente, lo más importante es en esencia el ser humano, los sentimientos, el amor, la fidelidad, el respeto, la seguridad emocional mutua de la pareja. No podemos condenar a la mujer que ha tenido vida sexual antes de unirse en matrimonio, lo más importante es la autenticidad del ser humano.

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