Preparémonos para votar en 2026
El populismo es clave para la izquierda. Disfrazándose de buenista, logra engañar a los incautos. Por eso los rojos acceden al poder con más facilidad que sus némesis de derecha. ¡Regalar dinero ajeno vende muy bien! Sobre todo entre los desvalidos que carecen de trabajo, debido a la informalidad que fomentan los izquierdistas con su fiebre de impuestos por quítame estas pajas.
Eso limita las fuentes de trabajo, con lo cual los rojos aderezan el caldo de cultivo del resentimiento social, vital para todo régimen socialista. Esta simpleza es la Biblia de los rojos, acostumbrados a pasar muy bien la vida como buenos parásitos que son, medrando del dinero ajeno.
Concretamente, del dinero del peruano de centro y de derecha, sectores a los que desprecian por considerarlos mentalmente inferiores y socialmente intratables. El papel de los políticos progre se asemeja mucho al de un afiebrado agitador político. Porque su prédica apunta a quitarle patrimonio a quien tenga recursos; a quien hizo las cosas bien sacrificándose para estudiar en alguna escuela; a quien consiguió un título universitario profesional; y, eventualmente algún postgrado.
Esfuerzo que le sirvió para hallar un empleo y, esto último, para tener una vida digna con el fin que, finalizada su carrera laboral, haya ahorrado lo necesario para vivir sin dificultades. Sin embargo, a aquellos peruanos que mantengan una vida ejemplar, la izquierda los considera plutócratas, y les condena a robarles sus ahorros mediante groseros impuestos. Pasa igual con el sector productivo, al que hay que gravar con tributos disparatados para “atender a las masas populares”.
Es la metodología comunista que insisten en imponer los garcíasayanes y demás tagarotes del mundillo caviar, el sector más tóxico de todas las izquierdas, acostumbrados como están a vivir del Estado como magnates, a partir de millonarias aunque inútiles asesorías por las que no pagan impuestos.
Clásicas medidas disruptivas de los gobernantes rojos. Como viene sucediendo desde que Ollanta Humala asumiera al poder; luego gobernó el “yo soy socialista” Kuczynski; lo siguió el miserable Vizcarra; a este lo heredó el caviar Sagasti, quien le tendió la cama al ágrafo-golpista Castillo; finalmente, hoy ¿gobierna? la vicepresidenta de Pedro Castillo, un imputado por corrupción actualmente encarcelado. ¡Todos ellos redomados socialistas!
Por eso amable lector no dejemos de luchar contra las ofertas políticas de izquierda; cantos de sirena que sólo sirven para empobrecer y arruinar a los países. ¡Esto ya nos sucedió! Ahora nuevamente estamos próximos a caer en quiebra socioeconómica, por el mismo cuento chino de la justicia social, la corrupción como doctrina, y el desmanejo económico típico de los rojos.
Faltan dos años y meses para las siguientes elecciones.
Por favor, amable lector, haga campaña alrededor suyo para que no vuelva a sucedernos la desgracia de ser manejados políticamente por la izquierda. Basta de votar por rojos, rojetes y/o por sus socios trajeados de buenistas, que sólo buscan atornillarse al poder para robar.
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