Presidente al desnudo
Para nadie es un secreto, que los mejores activistas de oposición al gobierno del profesor Pedro Castillo son sus propios ex ministros de Estado o altos funcionarios que gozaron de su confianza y que, por cierto, llegaron a conocer mejor al monstruo por dentro. Compartieron horas y mesas de trabajo, supieron, de primera fuente que querían hacer con el país, escucharon callada o sumisamente las directivas o las consignas recibidas, aplaudieron sus decisiones y las defendieron en público; pero sacados del poder se encargaron de desnudar al mandatario y hacer público sus debilidades o deficiencias de gestión en el gobierno.
Nadie olvidará que su ex presidente del Consejo de ministros, Guido Bellido, calificó al presidente como solo “un sindicalista de nivel básico”. La extitular de la PCM, Mirtha Vásquez, puso al descubierto que el principal problema que tiene el mandatario son sus asesores. “Es el entorno del presidente que debería cambiar. No es gente con las capacidades que deben tener para asesorar al gobernante del país. Ahí tenemos un problema crítico”, señaló. “Nos hemos sentido frustrados respecto a una mayor relación con el presidente mismo”, dijo la exjefa del Gabinete Ministerial.
Este mismo nivel de decepción lo confesó el exministro del Interior, Avelino Guillén, a un periodista del influyente diario El País de España. En una extensa entrevista se encargó de desnudar al jefe de Estado para hacer público sus limitaciones, hecho ya conocido por todos. Dijo que su paso por el gobierno lo llevó al convencimiento de haber terminado decepcionado. “Aunque era previsible porque había algunos indicios que hacían vislumbrar un escenario como el que se ha dado”, expresó.
A la repregunta del periodista, fue más enfático: “es un Gobierno que se está manejando de manera errática, sin tener un objetivo definido. No existe una cohesión en el equipo ministerial. La estrategia del presidente Castillo siempre ha sido la de elegir a los integrantes del consejo de ministros como un archipiélago, como islas”. Quizás aquí se encuentre la explicación de los permanentes desaciertos del mandatario, empezando por no saber elegir correctamente a sus propios ministros. ¿Y quién se lo dice? El ministro que asumió el encargo de dirigir una de las carteras más delicadas del gabinete. El mismo que salió a defender al entonces candidato Pedro Castillo, cuando su liderazgo era cuestionado duramente.
Guillén confesó cómo era lo cotidiano del jefe de estado: “el presidente está como desconectado de la realidad. Déjeme explicarle: él no se informa, y no es solo leer determinados periódicos o ver los medios, sino revisar algunas revistas especializadas, tener un diagnóstico de la realidad y de los problemas que está padeciendo el país de manera directa. Y luego esa lista de problemas -y retos que tiene que afrontar el Estado peruano- discutirla con los ministros, analizar y encontrar salidas. Eso no se notaba”.
Luego, confirmó lo que muchos otros altos funcionarios y exministros insinuaron o dijeron: “el presidente dependía única y exclusivamente de la información que proporcionaban los asesores, y eso es bien delicado, porque los asesores le podían brindar una información sesgada o limitada. En los ambientes de Palacio que ocupaba el señor presidente nunca he visto periódicos o televisión encendida con algún informativo”.
Lo dicho corroboraría lo del “gabinete en la sombra”, integrado por amigos y paisanos chotanos del presidente, no por ser los mejores, sino por su cercanía a él, por ser merecedores de su total confianza. El gobierno, pues, camina a trompicones, al filo del despeñadero.
No solo lo advierten muchos líderes de oposición, sino analistas y comentaristas políticos, hasta hace poco, bastante cercanos al gobierno. A todos les preocupa la mediocridad de los cuadros del gobierno, de los altos funcionarios que van copando los puestos de confianza del estado sólo como una manera de pagar favores políticos.
No es la mejor manera, por cierto, de gobernar ni asegurar paz ni tranquilidad a una población que, hastiada de un gobernante a todas luces incompetente, viene preparándose para la gran marcha del 5 de marzo, en la que de seguro el lema “vacancia ya”, se escuchara en todo el Perú.
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