¿Presidente Castillo hasta el 2026?
Mirko Lauer, en el diario La República/Julio/3/2022, escribió: «No es que Castillo haya mejorado, sino que sus enemigos no han demostrado ser mejores políticos».
¡Contundente!
El hecho de permanecer ya 11 meses y días en la Presidencia, es demostración de que Pedro Castillo es mejor que sus enemigos como Mari Carmen Alva, Tudela, Altuve, Ghersi, Lourdes Flores, Almirante Montoya, López Aliaga, etc., juntos.
Castillo, aldeano genial, astuto y listo, líder nacional que lo demostró en el 2017; se ha PERCATADO A CABALIDAD: 1.- Que es Presidente legítimo por haber sido elegido en elecciones cuya limpidez está constatada y aceptada nacional e internacionalmente; 2.- Que como Presidente legítimo puede ser acusado únicamente por incurrir en traición a la Patria o disolver el Congreso o impedir elecciones y/o perturbar al JNE.
La alternativa permanente es la vacancia por incapacidad moral y física permanente, requisito 87 votos de 130. Asegurándose 44 votos favorables, no hay vacancia.
Recalco que saber esto a cabalidad, diferencia a Pedro Castillo de sus enemigos políticos quienes resultan ser aprendices de Calígula, Emperador romano que nombró a su caballo Cónsul del Imperio. En efecto, siguen tachando a Castillo 1) De ser Presidente por fraude; 2) De «marxista leninista»; 3) De filosenderista; 4) De cabeza de organización criminal en acción desde Palacio.
Sus enemigos proclaman a solo días del próximo 28 de julio, que ni Castillo ni Dina Boluarte leerán el mensaje a la Nación, que el 2023, como sea, habrá elecciones generales, para lo cual Castillo, Dina Boluarte y los 130 congresistas renunciarían.
La Presidencia es renunciable. La calidad de congresista es irrenunciable. Además, los congresistas actuales no renunciarán pues significaría quedarse sin trabajo y sobre todo porque la renuncia es traición a la Patria, incumplir el juramento de representar a la Nación por el periodo gubernamental de 5 años. Es IMPOSIBILIDAD JURÍDICA.
Pueden dejar de ser congresistas únicamente por disolución del Congreso. El renunciar equivale a inhabilitación definitiva; es decir, la muerte política.
Significa que la intelectualidad anti Castillo está en degeneración genética y/o en inmoralidad política al nivel de cinismo.
El peruanólogo principal de Estados Unidos, Steven Levitsky, catedrático de Harvard, ha precisado que los golpes de Estado no son posibles en el Perú ni tolerables por el Derecho Internacional: OEA, Estados Unidos, Unión Europea y ONU. Levitsky considera que en las condiciones actuales lo único que cabe es la coexistencia entre Castillo y sus enemigos políticos.
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