Prevaleció la institucionalidad y el corrupto golpista está preso
Y finalmente cayó el régimen del corrupto Pedro Castillo, luego de que este intentara perpetrar un golpe de Estado, el último miércoles 7 de diciembre, al anunciar el cierre del Congreso y la reorganización de la administración del sistema de justicia. En un patético mensaje a la nación, Castillo leyó tembloroso un discurso -elaborado por los nefastos Aníbal Torres y Betssy Chávez-, con el que se convirtió en tirano y, por consiguiente, en un malhechor confeso.
Apenas el analfabeto funcional terminó de quebrar el orden constitucional, las instituciones fundamentales del Estado (Congreso, Fiscalía, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Defensoría, Procuraduría, JNJ, JNE, ONPE, Reniec) procedieron a rechazar la aventura golpista. Pero el fiel de la balanza fue el comunicado emitido por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en donde dejaron meridianamente claro que no avalarían el golpe de Estado. Palmas para ellos.
De inmediato, el Parlamento hizo lo suyo y vacó a Castillo con 101 votos, para luego tomarle juramento a Dina Boluarte, quien, pese a que dijo que renunciaría si caía el supuesto profesor rural, no dudó en colocarse la banda presidencial. Boluarte ha pedido tregua y habrá que dársela para ver si realmente instala un Gobierno de “unidad nacional”.
Mientras ello ocurría en el Palacio Legislativo, Pedro Castillo intentaba huir como rata buscando asilo en la Embajada de México, pero, de manera cinematográfica, su propia escolta policial lo detuvo y lo llevó hasta la Prefectura. Fue glorioso ver cómo el “pueblo” cerraba con sus autos los accesos de dicha sede diplomática para evitar que el golpista se fugue.
Al tratarse de un delito (rebelión y alternativamente conspiración) en flagrancia, Castillo fue apresado y derivado el mismo día al penal de la Diroes, en Ate, donde está recluido el expresidente Alberto Fujimori, que también asestó un golpe de Estado en abril de 1992. Ahí permanecerá enjaulado durante los siguientes días hasta el 13 de diciembre, dado que el Poder Judicial dictó una orden de prisión preliminar en su contra.
Posteriormente, al aprendiz de dictador le corresponderá afrontar varios meses de prisión preventiva, pues el peligro de fuga ya ha quedado confirmado con la solicitud formal de asilo al zurdo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien, junto a su homólogo colombiano, el exguerrillero Gustavo Petro, han culpado a la “derecha oligarca” por la estupidez hecha por su par ideológico. ¡Es inaceptable que estos rojos injerencistas sigan inmiscuyéndose en nuestros asuntos!
El delito de rebelión es sancionado en el Perú con hasta 20 años de cárcel, de modo que el panorama pinta de lo más oscuro para el chotano que prometió que no habría “más pobres en un país rico”, pero que resultó ser un vil sujeto que solo se dedicó a robar ni bien puso un pie en la ‘Casa de Pizarro’. No por gusto es sindicado como cabecilla de una mafia criminal.
No quiero terminar esta entrega sin mencionar el estúpido argumento de los que aún defienden a Pedro Castillo, aduciendo que el golpe no se gestó porque el tirano monse, quien según ellos había sido drogado, no firmó ningún papelito. Lo que sostienen, en sencillo, es que un delincuente pastelero puede disparar, pero, como la víctima no murió, no hay delito alguno. Así de sonsos son.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.