Productividad Laboral de Chile y Perú
Como superar la trampa del ingreso medio.
La trampa del ingreso medio afecta a algunos países emergentes cuyo PBI per cápita se estanca después de mantener altos niveles de crecimiento, debido a que no alcanzan a sostener tasas de 5 % como promedio mínimo de expansión de su producto bruto interno.
En Latinoamérica, Chile, Uruguay y Argentina son los países que están más cerca a romper la trampa del ingreso medio. Le siguen México y Brasil. En un tercer grupo vienen Colombia y Perú. La reciente crisis económica mundial viene postergando el cumplimiento de este objetivo en todos estos países. La desaceleración del crecimiento de Argentina y Brasil ha sido evidente. Chile, México y Uruguay, aunque en menor medida también se han desacelerado, postergando su incorporación al grupo de países desarrollados. Colombia y Perú, aunque han continuado creciendo, lo vienen haciendo a tasas por debajo del 5 %, inferiores a las tasas registradas en años anteriores.
Esta caída en las tasas de crecimiento, si bien se ha visto afectada en parte por la evolución de la economía mundial, tiene su fundamento en las barreras económicas y políticas que confrontan los países cuando se van desarrollando. Las principales barreras son: (i) la productividad; (ii) dinamismo y diversificación de las exportaciones; (iii) fallas en el mercado laboral y capital humano; (iv) instituciones débiles e ineficientes. Todas ellas necesitan ser superadas en forma simultánea para lograr romper la trampa del ingreso medio. En esta entrega nos concentramos en la primera, la productividad. Para ello utilizaremos a modo comparativo las productividades laborales de Chile y Perú.
La productividad laboral se define como el PBI generado por un trabajador durante un año. Para fines comparativos expresamos el PBI por trabajador en dólares americanos. En el Gráfico 1 se presenta la evolución de la productividad laboral para Chile y Perú para el periodo 2007 – 2017.

Observamos que la productividad promedio de un trabajador chileno es tres veces mayor que la productividad de un trabajador peruano. Un trabajador chileno en promedio genera 36,000 dólares americanos por año mientras que el peruano genera apenas 13,000. La productividad laboral de Chile es más volátil que la del Perú debido a que la moneda chilena ha experimentado mayores variaciones que el sol peruano. Sin embargo, en el periodo de análisis la productividad de Chile ha crecido más que la del Perú.
¿Por qué la productividad laboral de Chile es superior a la del Perú? Para poder responder a esta pregunta es necesario analizar la productividad laboral al interior de los sectores económicos. En el Gráfico 2 se presenta la evolución de la productividad laboral del sector agropecuario de Chile y Perú. Observamos que las diferencias de productividades entre Chile y Perú en este sector son abismales y cada vez se acentúan más.
Un trabajador del sector agropecuario chileno produce 13,000 dólares americanos, cuatro veces más que su homólogo peruano. Una elevada productividad agrícola es condición necesaria para salir del subdesarrollo. Inglaterra, antes de la revolución industrial, tenía la productividad agrícola más alta de Europa. EUA, Australia, Japón y la mayoría de los países asiáticos (incluyendo China) aumentaron su productividad agrícola como etapa previa a su industrialización. Argentina ha sido una excepción debido al excesivo intervencionismo estatal.

El Perú, mientras no logre elevar substancialmente la productividad laboral de su sector agropecuario difícilmente logrará superar la trampa del ingreso medio. El número de trabajadores en el sector agropecuario peruano supera los cuatro millones de trabajadores mientras que en Chile suman apenas 740 mil. A pesar de esto, el PBI agropecuario chileno es solo ligeramente inferior al peruano. El Perú requiere elevar su productividad agrícola substancialmente para liberar a una gran masa de trabajadores a los sectores de manufactura y servicios para lograr un crecimiento balanceado.
En el Gráfico 3 se presenta la evolución de la productividad laboral del sector minero para Chile y Perú. Observamos que, a diferencia del sector agropecuario, la productividad laboral peruana del sector minero supera a la chilena. La productividad peruana en minería vino incrementándose significativamente hasta el 2013 para luego sufrir un estancamiento. Por su lado la chilena ha venido reduciéndose a lo largo del periodo de análisis. En el caso chileno la alta productividad del sector minero ha sido utilizada para mejorar la productividad de los sectores de agricultura y manufactura, mientras que en el caso peruano muy poco se ha hecho para mejorar la productividad de otros sectores. Esto se manifiesta en el caso peruano en la poca integración del sector minero con otros sectores de la economía.

En el Gráfico 4 se presenta la evolución de la productividad laboral del sector manufactura. En este sector la productividad chilena es más del doble que la productividad peruana. Un trabajador chileno en este sector genera un PBI de 32,000 dólares mientras que su homologo peruano apenas 15,000. Lo preocupante es que las productividades para ambos países se han estancado en los últimos años. Una señal de que se supera la trampa del ingreso medio es el crecimiento sostenido de la productividad del sector manufactura. Esto no se está dando ni en Chile ni en el Perú.

Tradicionalmente los países desarrollados han utilizado la abundancia de un recurso natural (petróleo, tierra, hierro) para elevar la productividad agrícola y liberar una masa de trabajadores que permita aumentar la productividad del sector manufactura a través de la innovación e introducción de nuevos productos. En una etapa más reciente, el aumento de la productividad del sector manufactura viene siendo reemplazado por el aumento de la productividad del sector servicios.
En el Perú se está desaprovechando (una vez más) la abundancia de un recurso natural (minerales) para incrementar significativamente la productividad del sector agropecuario y entrar en la senda de la superación de la trampa del ingreso medio. Esperemos que nuestras autoridades, ahora que vienen trabajando en una política de competitividad, se iluminen y vean la importancia de elevar la productividad del sector agropecuario.