“Prometer, prometer para obtener…”
Igual que siempre, en las últimas elecciones municipales en el país fueron cientos los candidatos a alcaldes, regidores, gobernadores regionales, vicegobernadores, consejeros regionales. Los aspirantes a alcaldes o gobernadores –generalmente acompañados por quienes deseaban ser regidores o consejeros, respectivamente– durante semanas, ante los probables votantes, se han estado “movilizando” en plazas, calles y locales para “convencerlos” de sus “propuestas” sociales, económicas y hasta políticas y con sus pregones prometían en sus localidades (distritos, provincias y/o regiones) “cambiar su realidad actual”. El objetivo de sus discursos era convencer a los votantes. Se autosugestionaban creyendo ser “oradores” convincentes.
Como dice el antiguo refrán popular: “prometer, prometer para obtener… ”. Prometen todo de todo. Ofrecen que harán obras importantes para la salud de la población y protección de los ancianos, educación para los niños y jóvenes, carreteras para el desarrollo económico y social, centros comerciales de productos de primera necesidad, locales de esparcimiento y deportes y hasta prometen garantizar la seguridad ciudadana para una vida tranquila y de confianza en todas las vecindades. Si alguien en sus mítines les pide alguna obra o beneficio, de inmediato le “prometen que lo harán”. Hay promesas por doquier de decenas y decenas de candidatos a lo largo del país. Les es ineludible “prometer y prometer” para “obtener” el voto de sus escuchas. Prometiendo se sienten confiados y seguros.
Conocidos oficialmente los resultados electorales, la ONPE informa quienes son los candidatos electos. Asumen legalmente sus cargos el 1 de enero. A partir de entonces los habitantes del distrito, provincia o región confían y esperan mejorar su situación. Los electos se vuelven “inalcanzables” para los solicitantes. Ya son personajes “distinguidos”. Pero continúa la inseguridad en la población, la delincuencia se extiende, chantajea e intimida, usan explosivos o sicarios (aun menores de edad), prolifera la prostitución, no hay seguridad ni en las viviendas. Los centros de salud continúan con precariedad, las calles y carreteras siguen sin mantenimiento, en muchos lugares continúa la carencia de servicios públicos (agua, desagüe, energía eléctrica, caminos, etc.); persiste el comercio ambulatorio; el tránsito citadino es catastrófico y sin respeto a los viandantes.
También lo hemos vivido en elecciones para Presidente y Congreso; “otros” candidatos prometieron lo mismo, pero seguimos viviendo con los mencionados y otros problemas. Entonces se completa el refrán: “Prometer y prometer hasta obtener, una vez obtenido, a la miércoles lo prometido”.
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