Proteger la economía en la incertidumbre política
La caída inesperada de Dina Boluarte y el ascenso sorpresivo de José Jerí a la Presidencia de la República ha generado una ola de anuncios apocalípticos sobre la economía peruana. Opino que es demasiado prematuro dar afirmaciones sentenciosas.
La economía y la política han caminado por cuerdas separadas, lo que ha permitido el crecimiento del orden del 3 % que tenemos, pero hay que reconocer que el mal manejo político que viene desde el 2017 ha limitado el crecimiento. Las empresas intensivas en uso de capital cuentan con consejería política y tenían claro que los partidos que sostuvieron a Dina en el poder desde el Congreso durante 2 años y 10 meses, ante la proximidad de las elecciones, tenían que tomar distancia de ella en los próximos meses, aunque nunca se pensó en una caída. En su programación de inversiones ya tenían descontado un período de turbulencia.
Hay varios puntos álgidos para la economía, por lo pronto habrá mala prensa económica internacional por los casos manejados por la Municipalidad de Lima: Brookfield (fondo canadiense a cargo de Rutas de Lima) y Vinci (operadora francesa a cargo de Línea Amarilla). Esto se suma a que lideramos el ranking de países demandados al tribunal arbitral del CIADI.
La interrogante es la sostenibilidad de Jerí en la presidencia. Hizo en los dos días que estaba en el cargo algunas exhibiciones efectistas que parecía que empezaba a ganar confianza en la población: aparición sorpresiva en los penales en requisas, asistencia a afectados del incendio en Pamplona y reunión con el alcalde de Pataz, que había marchado hasta Lima reclamando seguridad en su provincia.
Lo que parecía una virtud del acercamiento de la presidencia con un alcalde provincial fue tomado a mal por los manifestantes, que echaron de la plaza al alcalde. Gesto que muestra que Jerí no los contentará con nada y apuestan por su caída con la marcha del próximo miércoles 15 de los corrientes.
En el Congreso se da por hecho la censura de la mesa directiva y la pugna será por quién la presida. Hay bancadas que muestran vocación por militares retirados bajo el supuesto de que pondrán orden. Importante que evalúen las consecuencias de la represión.
Se podrá dar opinión sobre la economía cuando tengamos un gabinete estabilizado.
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