Proyecto Majes Siguas II: 13 años perseguido por mala gestión y controversias
El Proyecto de irrigación Majes-Siguas II es la continuación de Majes-Siguas I (que culminó en 1985 e irriga 23,000 hectáreas en la pampa de Majes) y ejecutará, aprovechando las aguas del río Siguas, obras de afianzamiento hídrico e infraestructura de irrigación para incorporar 38,500 hectáreas en la pampa de Siguas, El Gobierno Regional de Arequipa concesionó este proyecto en setiembre 2010 por US$ 407 millones al consorcio Cobra Instalaciones-España y Cosapi-Perú.
Dicha concesión desencadenó huelgas y protestas en Espinar (Cusco) por el desvío del río Apurímac, el Poder Judicial ordenó suspender la buena pro paralizándose el proyecto hasta abril 2015 en que se firmó un nuevo contrato con incremento de precio (US$ 550.5 millones), producto de 12 adendas suscritas.
En diciembre 2017 se paralizan nuevamente las obras porque Cobra propuso un cambio tecnológico en la irrigación de parcelas para optimizar el uso del agua, presentando la adenda número 13 aumentando el monto hasta US$ 660.5 millones. Esta adenda fue recién firmada en Lima después de 4 años (12 julio de 2022), aun así, la obra permanece paralizada.
Actualmente existen problemas para reiniciar el proyecto, en marzo pasado Cobra indicó que por incumplimientos de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema) los perjudicaron en US$ 120 millones, exigiendo dicho monto por compensación de retrasos, advirtiendo que si no hay acuerdos hasta el próximo 8 de mayo, podrían pedir un arbitraje internacional, como respuesta Autodema indica que también iría al arbitraje para no perjudicar los intereses del Estado, estás rígidas posiciones implicarían mayor retraso en las obras.
Otros temas preocupantes son la infraestructura hidráulica, construida hace 40 años, con vida útil de 30 años para Majes-Siguas I, y será usada en Majes Siguas II, requiriendo reparaciones, asimismo, falta sanear los terrenos de Pusa Pusa, Tarucamarca y Siguas para ser entregados a la concesionaria.
Bajo este panorama, este proyecto ha tenido muy mala gestión, en términos reales, se inició, desde su concesión a Cobra-Cosapi en setiembre 2010 (hace casi 13 años) y desde diciembre 2017 (más de 5 años) se encuentra paralizado, financieramente ha sido muy costoso, desde su cálculo inicial en 2006 (US$ 260 millones) ha aumentado hasta US$ 660.5 millones (incremento US$ 400.5 millones).
Todas las controversias planteadas por la concesionaria Cobra deben ser enfrentadas por profesionales con capacidad de gestión y gran nivel de negociación pues están en juego US$ 660.5 millones de un importante proyecto para la irrigación de 38,500 hectáreas de tierras de cultivo y la generación de energía hidroeléctrica, además, coadyuvará a la reactivación de la economía y el empleo formal porque generaría 100,000 puestos de trabajo, haría de nuestro país una potencia agroexportadora y garantizaría nuestra seguridad agroalimentaria.
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