¡Puede ser tarde cuando el Perú despierte del letargo!
El peruano permanece absolutamente narcotizado por el discurso buenista, hipócrita y falsario de esta progresía marxista que se ha apropiado de la nación a base del chantaje y la engañifa. Una sarta de comunistas que han reinventado la historia contemporánea, transformando al terrorista en víctima del Estado y a éste -representado por sus fuerzas armadas y policiales, junto a los presidentes que ordenaron defender a la sociedad del sanguinario ataque de sendero y mrta- en asesino y violador de derechos humanos de unos bienaventurados luchadores sociales, a quienes la reaccionaria derecha peruana prepotentemente sentenció -y sigue acusándolos- de lo que son: terroristas.
Es patente la influencia de esta casta progre-marxista introducida al Estado por un ratero apellidado Toledo, quien prometió al Perú desterrar la corrupción procesando a Alberto Fujimori. Aunque luego la Justicia acabó persiguiendo al propio Toledo por hiper corruto, acusándolo de haberle robado US$35 millones a los peruanos. Es evidente, decíamos, el influjo del progre-marxismo sobre los peruanos. Porque a pesar de haber sido socio político de sujetos tan fariseos -hoy procesados por corruptos- como Toledo, Humala y Kuczynski- sigue gobernándonos. En esta oportunidad, de la manito de Vizcarra, a quien la mayoría peruana -encuestadoras dixit- le asigna una popularidad jamás vista en los anales de nuestra historia republicana. Sobre todo, considerando que Vizcarra es un inútil a tiempo completo en lo que a administrar el país respecta. Acaso pudiese ser buen ingeniero, pero sin la menor de las dudas es un desastroso estadista.
La conquista del Perú por los progre-marxistas ha llegado a cotas delirantes. Son pocos ya los espacios del Estado que aún le quedan por conquistar. En estos días se apresta a darle el zarpazo final al poder Judicial, derribando a su presidente para luego llenar nuestras cortes -Suprema y Superior- de individuos adoctrinados por La Católica (sic), a la sombra de alambicadas doctrinas jurídicas de clara orientación marxista. Se trata, sin lugar a equivocarnos, de un poder fáctico elaborado en los laboratorios de esa misma gente que simpatiza con sendero y mrta y aborrece a quienes piensan en sus antípodas.
De aquellos promotores de la felona “comisión de la verdad” que santificara al terrorismo y condenara al Estado; y que erigió monumentos a sendero y mrta como los infamantes “ojo que llora” y “museo de la memoria”. Una camorra que impone doctrinas y caprichos en función a extorsionar al opositor. Para ello cuenta con el connivente respaldo de una traicionera y semiquebrada organización mediática. que todavía sobrevive estrictamente a base del subsidio que le otorga Vizcarra vía aquella corruptela del avisaje estatal. Una prensa chantajista y sin duda desinformadora que por instrucciones de la cúpula progre- marxista publica material prohibido -audios, videos, documentos, etc. de expedientes en marcha- únicamente para perjudicar a los contrincantes del oficialismo y ayudar a quien respalde a Vizcarra.
Para evitar que el Perú sea otro país dominado por el castro-chavismo, amable lector, sólo queda que todos despierten del letargo al cual los induce la prédica narcótica del progre-marxismo.