Pura finta
Qué buena la hace Pedro Castillo y compañía desde el Gobierno marcando la agenda nacional con giros de 180 grados a los temas mediáticos que se aboca el país, cambiando sustancialmente los titulares de los medios de comunicación. Le basta a sus voceros, como el caso del presidente del Consejo de Ministros, anunciar y plantear cuestión de confianza ante el Parlamento, para que nos olvidemos de conductas machistas y sexistas de sus autoridades, de las carpetas fiscales por corrupción de sus altos funcionarios, del pésimo gasto público, etc., y pasemos a hablar mayoritariamente de una solicitud de derogatoria de la Ley 31399 que puede ser impolítica (porque restringe la convocatoria a referéndums) pero que está vigente y pontificada por el Órgano Supremo del Control de la Constitucionalidad, el Tribunal Constitucional cuando fue infructuosamente objeto de cuestionamiento ante este fuero por parte del Ejecutivo, norma que no hace más que recoger el tenor del artículo 206 de nuestra Carta Magna que establece claramente que “Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso…, y ratificada mediante Referéndum…”; de forma tal que el pedido del premier Aníbal Torres deviene en IMPROCEDENTE y como estimo se pronunciará en su momento la Comisión de Constitución del Legislativo, porque sencillamente no existe forma de proceder a una reforma parcial o total de la actual Constitución salteándose el fuero del Congreso y ser convocada directamente por el Jurado Nacional de Elecciones a iniciativa ciudadana, dejándose traslucir con todo ello las motivaciones reales del Gobierno con este planteamiento de confianza, que es revivir su promesa de campaña de una Asamblea Constituyente para la redacción de un nuevo texto constitucional tomando para el efecto atajos sin sustento constitucional y el de forzar una disolución del Parlamento, en la afiebrada tesis que el pueblo respaldará nuevamente un Gobierno de corte comunista, lo que dificulto ocurra, a no ser que Pedro Castillo busque alianzas con organizaciones políticas extremistas que le aseguren una bancada de mayor número a las 44 curules cautivas con las que cuenta a la fecha y que le aseguran su permanencia en el cargo, bloqueando procesos de rendición de cuentas y, en su caso, vacancia. Si esto piensan, están envanecidos de poder, aunque lo más lógico es pensar que a estas alturas dados los 190 indicios de corrupción detectados por la Fiscalía de la Nación que comprometerían al jefe del Estado, ministros y congresistas (estos últimos en ejercicio), materia de denuncia ante el Congreso, abdicar al ejercicio del poder político, renunciar al cargo o exponerse a una inhabilitación, no es opción para esta gestión, porque les esperaría pedidos de prisión preventiva por parte de los operadores de justicia ante reclamados actos de obstaculización a su labor de investigación.
Así las cosas, todas estas escaramuzas entre el Ejecutivo y Legislativo son pura finta, al final sobrellevarán las cargas y desgaste político los unos de los otros, con tal de mantenerse hasta el fin de sus mandatos.
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