¿Qué debemos esperar del ataque de Irán a Israel?
Mirando agudamente la compleja situación en Medio Oriente, siempre dominado por su carácter conflictual, digamos que el ataque con drones no tripulados por parte de Irán hacia Israel aparece como previsible o esperado.
En efecto, el pasado 1 de abril las fuerzas de Israel bombardearon hasta dejar en escombros el consulado iraní en Damasco, Siria, generando una sed de venganza de Teherán, luego de confirmarse la muerte de 16 personas que se hallaban dentro de la misión consular.
El régimen de los ayatolas -Irán es una teocracia chiita desde que triunfara la Revolución Islámica con Ruhollah Jomeini, en 1979-, ya había advertido que podría responder al ataque inferido por Israel, dejando en claro que, si acaso ello sucedía, no debía asumirse con el propósito de producir un ensanchamiento de la crisis bélica en esa región convulsa hacia otros actores en esa región asiática.
Ahora bien, muchos creyeron que la actitud e Irán sería la misma que, cuando se produjo la eliminación, también por un dron, del general iraní, Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds, clave en la acción militar externa de Irán en diversos países y archiquerido por el régimen iraní que llegó a prometer venganza por su asesinato por Estados Unidos de América, aliado de Israel, mientras abordaba una camioneta una vez que había llegado al aeropuerto de Bagdad, en 2020. Ha sido al revés y hasta acicateada por la solidaridad del régimen iraní con el líder del Hamás, Ismael Haniyeh, dado que Israel hace muy pocos días eliminó por otro ataque a 3 de sus hijos y 4 nietos.
Quisiera advertir que hasta ahora los enfrentamientos de Israel han sido, principalmente, contra grupos milicianos extremistas o terroristas, como pasa con el referido Hamás que controla la Franja de Gaza, el Hezbolá, que actúa en Líbano, o la Yihad Islámica, que actúa como segunda fuerza miliciana en Gaza, después de Hamás. Es verdad que se produjeron lanzamientos de misiles israelíes contra el régimen sirio de Bashar al-Asad, aliado de Irán y de Rusia, que los ayudaron a deshacerse de los rebeldes -apoyados por Washington y sus aliados- y el grupo extremista Estado Islámico, que venía operando en Siria en la idea de acabar con el régimen alauita y que acaba de volver a la primera plana internacional con el feroz atentado en las afueras de Moscú acabando con 143 rusos.
Es altamente probable que Israel reaccione de la misma manera o hasta con una intensidad mayor. Hace rato que el gobierno de Benjamín Netanyahu desoye las reiteradas advertencias del presidente Joe Biden y eso también preocupa pues Netanyahu hará cualquier cosa para seguir al frente de un país en cuyo frente interno ha venido debilitándose, incluso con anterioridad al salvaje ataque del Hamás contra 1200 ciudadanos israelíes que provocó una reacción militar, también salvaje, por parte de Israel, cobrando a la fecha más de 30 mil muertos gazatíes.
El ataque de Irán, entonces, no llega en el mejor momento para Israel y no me refiero militarmente, sino en el marco político, aunque realmente será difícil creer que Washington pudiera darle la espalda a Netanyahu.
Las últimas horas confirman que la Casa Blanca cierra filas con su aliado más importante del Medio Oriente. Pero el ataque de Irán permitirá a Israel mover fichas para buscar aliados antes que, a su favor, en contra de Irán. No será difícil advertir los acercamientos de Israel a Arabia Saudita, país islámico sunita y enemigo acérrimo de Irán, que es chiita.
Mi columna no podría cerrarla con una conclusión certera porque no sabemos como será el tamaño de la reacción israelí y si por ella, pudiera desencadenarse una guerra convencional entre dos Estados del Medio Oriente -repito-, que es lo que no ha venido sucediendo. Los conflictos en el mundo, aunque distantes, territorialmente, siempre hallarán algún tipo de vinculación. Estemos atentos
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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