¿Qué demonios le sucede al Congreso?
Según el portal Libertad Digital, Gonzalo Ortiz de Zevallos –el abogado que lidera el proceso judicial en marcha denunciado el fraude electoral– considera que Castillo ya “ha incurrido, comprobadamente, en el delito de traición a la patria, recogido por el Código de Justicia Militar” y, en consecuencia, es pasible de ser vacado de la jefatura del Estado. “En lo que atañe a mi denuncia personal –sostiene el jurista– se trata de una denuncia que yo estoy haciendo ante toda la ciudadanía del Perú, Y asumo, con ello, todos los riesgos inherentes a enfrentarme al poder en mi país. Y en cuanto a la comunicación a la presidenta del Congreso que también les he enviado, se trata de un requerimiento al Congreso de a República para que declare la vacancia” del presidente Pedro Castillo. Vale decir, el Legislativo tiene en sus manos una muy sólida consulta legal absuelta por un constitucionalista de gran fuste como Ortiz de Zevallos. Ello implica que para plantear la vacancia presidencial el poder Legislativo no necesita aguardar la burda trama urdida por el grupo comunista que encabeza quien en estos momentos preside el país. ¡Ahora existen suficientes elementos, tanto jurídicos como constitucionales, para sustentar una acción como esta por parte del Parlamento! Más aún, vacar ahora al presidente le ahorraría mayores padecimientos a esta vapuleada sociedad. Igualmente, tengamos presente que es muy probable el surgimiento de una tercera ola de covid; esta vez por la variante delta. Ello demandaría nuevas medidas restrictivas, tanto al tránsito ciudadano como el cierre de las actividades productivas, agravándose el colosal deterioro que ha soportado la economía nacional. De manera que estamos aún a tiempo para salvar los muebles. ¡Sin embargo, todo dependerá del Congreso Nacional! Aunque como venimos advirtiéndolo –con enorme preocupación, desde el 29 de julio– este poder Legislativo no da señales de preocuparse por tan grave coyuntura como en la que se encuentra el Perú. Para empezar, no se sabe qué fuerzas políticas parlamentarias están “en la oposición” y cuáles siguen “deshojando margaritas” en pleno Armagedón. Por su parte, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, tampoco viene dando pábulo de su pulso político. Se está desdibujando como posible líder de su agrupación dando bandazos absurdos, como acudir al BCR a hablar con Julio Velarde cuando por su investidura la figura debió haber sido al revés. Además, partidos como Renovación Popular, en el cual confiase buena parte de la ciudadanía –no sólo para dinamizar el desarrollo nacional, sino para servirle como dique de contención frente a la masa comunista– se exhibe fracturado por ausencia, distracción o lo que fuere de su líder, Rafael López Aliaga. En síntesis, cuando menos hasta ahora este Legislativo, repetimos, no ha dado talla para enfrentar la gravísima coyuntura que está languideciendo al país.
¡Advertimos a la señora Alva y a los líderes y/o principales políticos de las bancadas opositoras que si inmediatamente el Congreso no adopta los instrumentos/argumentos constitucionales que conoce para vacar a Castillo, traicionará al Perú consolidando de manera indefinida al comunismo/senderismo/chavismo!
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