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¿Qué es el Derecho?

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Fecha Publicación: 12/06/2025 - 21:20
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Por estos días, muchos interpretan los tratados –como el de Alta Mar– a su antojo y eso está muy mal. Quisiera dedicar, entonces, mi columna a la naturaleza de la ciencia del derecho, consultando ¿Qué es el derecho? Para responder esta pregunta es necesario despojarnos de aquello que coluda contra la naturaleza del derecho mismo, es decir, la subjetividad –hoy debemos llamar ideologización, sesgo, subjetividad, intenciones, antojo, capricho, etc.– para creerlo como quiera, pues el derecho no es lo que creemos sino lo que realmente es. Si el derecho, que es una ciencia social, fuera lo que nos antojamos, entonces solo sería un vil instrumento al servicio de los intereses individuales y del capricho, cuando lo excelso del derecho es que es una ciencia social al servicio de la sociedad que exige justicia. Si el tratado sobre Alta Mar firmado por Perú, recientemente, dice que sus alcances están fuera de las 200 millas, resultará injusto decir que el Perú verá afectada su soberanía pues no existe soberanía sobre el mar que se encuentra fuera del Dominio Marítimo o de las referidas 200 millas. Si el derecho no persigue la justicia, les advierto que terminará consumado como un vil instrumento del poder y sabemos qué aquel que lo cuenta entra en ira cuando el derecho se aleja del poder político. Pero el derecho tampoco es lo que nos conviene. Para comprender al derecho en su exacta dimensión hay que circunscribir nuestras acciones a sus métodos –los que no lo hacen quedan desbordados, que es tan grave como asumirlo como correcto–, el único camino para crearlo por sus fuentes, y solamente así obtendremos el derecho que es o que debe ser y no el derecho que quiero que sea, que es lo mismo que el capricho, que por supuesto no es derecho. Cuando se crea derecho –nunca se inventa que es lo que vemos últimamente, impactando negativamente a su naturaleza constitutiva–, aseguramos para la vida social que nuestros destinos quedan en manos de la norma jurídica y no para depender de ellas, sino para protegernos. Ese es el sentido de la ley, es decir, regular la vida social produciendo resultados jurídicos. El derecho es ajeno de los actos empíricos, que son los del azar, distintos de los actos fácticos que como los de iure, son derecho, porque su marco es la realidad. La imaginación siempre tiene límites y suele ponerlos la racionalidad. No podríamos dar una ley para regular la vida de los fantasmas porque los fantasmas no existen, por lo menos para el derecho que comentamos. Tampoco se puede forzar el derecho o hacer lo que la ley no dice y esto último es muy grave porque se vuelve un recurso del que defiende sin derecho, que es lo mismo que la defensa de lo empírico. El derecho es una garantía para la vida social por eso hay que cuidarlo y protegerlo. Todo lo contrario, afecta a la cientificidad del derecho. Será imperioso circunscribirse a la racionalidad del derecho. Todo lo demás le hace daño y afecta a las tomas de decisiones.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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