¿Qué es la extradición? El caso del expresidente Toledo

Como pasa en muchos países y en diversos sistemas jurídicos en el mundo (romano-germánico, anglosajón, islámico, etc.), la extradición es la entrega que realiza el ESTADO REQUERIDO (EE. UU.) de un reo o presunto reo (Alejandro Toledo) al ESTADO REQUIRENTE (Perú) que lo reclama para su juzgamiento en razón de que haber sido acusado de la comisión de delitos sustentados en el denominado cuadernillo de extradición. Este pedido también se conoce como EXTRADICIÓN ACTIVA porque pidiendo la devolución del perseguido se consuma la entrega in pectore.

Conviene recordar que la extradición es un derecho o prerrogativa del referido Estado requerido y no del Estado requirente, por lo que resulta inoponible in extremis. Debe entenderse, además, que la decisión que tomó en su momento el Departamento de Estado, confirmando el sí ha lugar la extradición, al final terminó siendo una decisión política y soberana. Todos los recursos procesales a los que recurrió el expresidente Toledo en las últimas semanas —hasta una moción de emergencia denegada en la víspera— buscaban en el fondo suspender la extradición.

Aunque fueron recursos adjetivos o procesales legítimos, jamás iban a revertir a la referida decisión política sustantiva del secretario de Estado, Antony Blinken, que es el jefe de la diplomacia estadounidense, que lo hizo con la aquiescencia del presidente Joe Biden. Los delitos imputados a Toledo, esto es, lavado de activos, colusión y tráfico de influencias, cumplieron el requisito de la doble incriminación, es decir, el tipo penal está previsto en la ley peruana como en la estadounidense, aunque los delitos no tengan exactamente la misma denominación.

La entrega de Toledo al Estado peruano se hace en virtud del Tratado de Extradición entre Lima y Washington del 25 de julio de 2001, siendo firmado el instrumento por el excanciller, Javier Pérez de Cuéllar, a tres días del final del gobierno de Valentín Paniagua. Finalmente, el inminente retorno de Toledo —su suerte jurídico-política en EE.UU. estaba echada— consuma el objeto central de la extradición, que es evitar la impunidad, es decir, que los delitos por los que ha sido acusado queden sin castigo si acaso se demuestra la responsabilidad penal.

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