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¿Qué le pasó a Chris Benoit?

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Fecha Publicación: 20/09/2022 - 21:35
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El mejor, más querido y popular luchador de la WWE, la compañía de lucha libre más famosa de Norteamérica, eso era Chris Benoit, nacido en Canadá y campeón del mundo a los 25 años. Idolatrado por millones de niños y jóvenes y respetado por sus compañeros, vivía, a sus 40 años, en una mansión de un millón de dólares en Fayette Ville, Georgia, Estados Unidos, junto a su esposa Nancy y a su hijo Daniel, de siete años.
Era rudo pero inspiraba una gran simpatía. Entre la parafernalia, los trucos y los golpes reales de la lucha libre, había logrado la fama y el favor de todos los que sueñan ser Hércules, el más grande y fuerte, audaz y valiente de los héroes griegos. Su golpe predilecto y siempre definitivo era al cabezazo destructor: de pie en uno de los parantes del ring y con las manos extendidas se arrojaba sobre su oponente que yacía en el suelo para golpearlo con la cabeza y liquidar la pelea.

Ese fin de semana se había disculpado por no ir a luchar. Obnubilado por sabe Dios qué monstruos que le quemaron la cabeza (un médico certificó después que tenía encefalopatía traumática crónica (ETC) y que su cerebro era el de un paciente con Alzheimer de 85 años con daño severo) estranguló a su esposa, luego a su hijo y finalmente se ahorcó en su propio gimnasio. Todo ello en un lapso de tres días. Un dato que resultó brutal para la WWE es que el médico que examinó a Chris señaló que tenía un “síndrome neuroconductual” similar al que había visto en los luchadores que había tratado.

Los cuerpos de Nancy y de Daniel estaban cubiertos por una toalla, atados, encima de una cama y con una biblia encima. ¿Por qué? En la computadora de Chris la policía encontró una misteriosa búsqueda del profeta Elías quien al ver muerto al hijo de Sarepta, y según los versículos del 17 al 21 de la Biblia, “lo tomó de su regazo, lo llevó a la habitación de arriba donde él residía y lo acostó sobre su cama. Después clamó al Señor: ¡Dios mío, que la vida de este niño vuelva a él! El Señor escuchó la voz de Elías y el niño revivió.” Chris quiso ser Elías pero antes había sido Judas y Caín.

Chris Benoit es un asesino despiadado sin duda. Pero también un demente cuya cabeza estaba aniquilada por los esteroides y los golpes y por la avaricia y avidez lujuriosas de las grandes parafernalias americanas. Su médico señaló que en su última consulta todo estaba aparentemente normal en él. Su familia y sus fans no notaron nada que hiciera presagiar lo que pasó. Pero lo más probable era que una maldad latente y un cerebro destrozado hasta la raíz, se necesitaran hasta el delirio y en la hora del mal, el uno al otro.

La pregunta final, creo, es: ¿Chris mató porque quiso o porque no pudo no hacerlo? La respuesta es la libertad. Eligió matar. Eligió morir. No hay paz en su tumba.

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