¿Qué minería queremos en el Perú?

Es un hecho real de nuestros tiempos que la actividad minera en el Perú constituye uno de los pilares económicos de nuestra patria. El PBI del Perú ha crecido muchísimo en los últimos 60 años, desde US$ 100,000 millones en 1960 a la cifra de US$ 274,830 millones proyectada para el año 2025.
En el año 2024, el Perú exportó bienes por un valor de US$ 74,664 millones, de los cuales US$ 47,701 millones fueron productos mineros; en otras palabras, el 63 % de nuestras exportaciones formales y legales provienen de la minería legal y formal. Sin embargo, algunos calculan que la minería ilegal aurífera produjo y exportó de contrabando cerca de US$ 5,000 millones al año.
¿A quién beneficia esa billonaria exportación ilegal aurífera? Solo a los mineros ilegales, porque el Estado, el fisco y la sociedad peruana en general no percibieron un centavo en impuestos.
¿Por qué se perjudica el Perú con la minería ilegal aurífera? Por varias razones. En primer lugar, porque no tributa un centavo y, además, genera un enorme daño ambiental, que puede apreciarse en muchas regiones del Perú, particularmente en Madre de Dios y Puno, e igualmente en la zona del Putumayo, fronteriza con Colombia.
¿Qué hacer frente a esta situación? En mi opinión, la minería legal y formal peruana debe iniciar una campaña en la opinión pública sobre los beneficios que genera, con el título, a manera de ejemplo: “Oro limpio, futuro limpio”.
¿Cuál podría ser uno de los objetivos de la campaña? Educar y sensibilizar a la población.
Adicionalmente, se debe enfatizar que la minería legal es un importante contribuyente al presupuesto del Perú, a través del Impuesto a la Renta, que grava el 29.5 % de las ganancias de las empresas mineras legales y formales, lo cual no ocurre con la minería ilegal, que no tributa un centavo.
Pero, además de ese aspecto, la minería legal y formal proporciona empleo digno y decente a un sector importante de profesionales y trabajadores (alrededor del 5 % de la fuerza laboral industrial).
También debe explicarse que el 50 % de lo recaudado con el Impuesto a la Renta se destina al Canon Minero, que se invierte en los departamentos y regiones productivas mineras para la construcción de obras y servicios que benefician a su población.
Sin perjuicio del Canon Minero, las regiones productivas se benefician adicionalmente con la Regalía Minera, que se calcula sobre los ingresos brutos de las empresas mineras. El aporte tributario minero es del orden del 10 % de los ingresos fiscales del Perú.
La minería ilegal solo genera problemas, destrucción y deterioro del ambiente, así como envenenamiento de los ríos por el uso masivo de mercurio.
Entonces, ¿qué hacer? Llevar adelante un programa que explique de manera sencilla y pedagógica la información anteriormente referida.
¿Cómo hacerlo? A través de medios audiovisuales que destaquen los beneficios de la minería formal y las malas consecuencias de la minería ilegal en todo orden de cosas. Eso, con el objeto de movilizar positivamente a la opinión pública, enfocándose en las zonas en las que la minería ilegal aurífera tiene efectos devastadores, que deben ser remediados a cuenta y costo del Estado.
Hay otro aspecto adicional: los organismos representativos de la minería legal y formal han abandonado las universidades y centros educativos. Ese vacío debe cubrirse con charlas en escuelas y universidades, públicas y privadas, por profesionales conocedores de los aspectos mineros.
En pocas palabras, se debe crear una alianza estratégica entre la minería legal y formal y la opinión pública, considerando también a los sectores beneficiados por las actividades mineras formales que son perjudicados por la minería ilegal.

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