¿Quién es Pedro Castillo?
El partido Perú Libre del ex gobernador de Junín, Vladimir Cerrón (un condenado por corrupción y afiebrado camarada, amigo de los Quispe Palomino que dirigen el partido militarizado sendero luminoso ligado al narcotráfico), lleva a Pedro Castillo como su candidato a la presidencia. Castillo inició su campaña presidencial diciendo la verdad. “Cambiaré la Constitución del Perú y ensamblaré un régimen similar al socialismo bolivariano de Chávez-Maduro para hacer la revolución socialista que exige el país”. Entonces era un sindicalista magisterial que apenas aparecía dentro del rubro “otros” en las encuestas. Sin embargo, tras recibir la mayor votación en primera rueda habría sido cooptado por los servicios secretos de los Castro y Chávez para utilizarlo como pantalla del comunismo latinoamericano. Habría sido sometido a una suerte de gimnasia cerebral, adoctrinándole como delegado del castro/chavismo con el fin de apoderarse del poder. De inmediato armaron una táctica sutil dirigida a convencer a los incautos peruanos de que Castillo no es comunista ni chavista ni extremista; sino el dirigente de siempre del conare-sutep, ilusionado por llegar al poder para salvar al Perú. Brillante operativo del comunismo trasnacional para recrear a Pedro Castillo, transformado en caballo de Troya del comunismo para el balotaje. A partir de ahí desaparece Castillo I y surge Castillo II, acatando los planes de La Habana y Caracas para ejecutar un inteligente operativo ideado para, literalmente, hacerse del Perú. Por coincidencia, o no, lo primero que hizo Pedro Castillo fue dejar de lado su promesa de “convocar a una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, y así empezar la revolución socialista que el Perú necesita”. Aquello de la asamblea constituyente era un misil en la línea de flotación para los planes de Cuba, pagados por Venezuela con dinero del narcotráfico. ¿Razón? El centroderecha rechaza todo asambleísmo. Y los peruanos vienen sufragando mayoritariamente por esta ideología desde los años sesenta. Como resultado, Castillo decidió morigerar su mensaje apelando a utilizar el lenguaje de la progresía caviar, basado en aquel léxico buenista; en vez de imponer su fraseología apologética del comunismo puro y duro. La táctica le funcionó. Al extremo que Castillo no cesa de figurar en primer lugar entre las preferencias para la segunda vuelta. El resultado final lo conoceremos el domingo 6/6.
Apostilla. Según la BBC el “partido militarizado comunista del Perú” lo capitanea Víctor Quispe Palomino, camarada “José”, quien maneja más de la mitad de la cocaína que produce el Perú. Encarna a una facción de sendero luminoso ajena a abimael guzmán, con la cual mantienen contacto Cerrón y Guillermo Bermejo, hombres fuertes de Perú Libre, partido por el cual Castillo postula a la presidencia. Es evidente que Castillo I fue transmutado en el Castillo II con la asesoría de estrategas entrenados por sofisticados servicios de inteligencia, como los de Cuba y Venezuela que sólo actúan bajo órdenes de la cúpula comunista trasnacional ligada al narcotráfico, negocio que opera sendero. Estamos advertidos. Pedro Castillo formaría parte de la siniestra organización cubano-venezolana que dirige el comunismo más brutal, aunque igualmente del terrorismo y el narcotráfico.
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