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Quiñones en el imaginario colectivo nacional

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Fecha Publicación: 22/07/2024 - 21:50
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Hoy, martes 23 de julio, es el Día de la Fuerza Aérea del Perú, y en forma acertada el Congreso de la República aprobó el año pasado que sea establecido en esta fecha, día feriado nacional no laborable, porque en esta fecha de 1941, recordamos al entonces teniente FAP José Abelardo Quiñones Gonzales (1914-1941), que se inmoló en la zona conocida como Quebrada Seca con su avión “Pantera” contra las posiciones ecuatorianas, durante la guerra que Perú y Ecuador sostuvieron ese año, y que culminara con la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro en 1942. Muy bien por la FAP y sus más de 20 mil miembros, que permanentemente relievan la proeza de Quiñones cargada de inconmensurable valor nacional. Pero en torno del inmortal chiclayano, declarado Héroe Nacional en 1966 y máximo ícono de la aviación militar del Perú, siendo ascendido al grado de capitán, y 31 años después, en 1997, a la condición de Gran General del Aire, existe una tarea pendiente para el Ministerio de Educación, es decir, establecer que el currículo escolar dedique su mejor metodología para destacar al máximo su descollante e icónica figura.

La inmensa mayoría de peruanos conocemos de memoria a Miguel Grau y a Francisco Bolognesi, los que están incorporados en nuestro imaginario también como máximos héroes nacionales por sus extraordinarias gestas en Punta de Angamos y en el Morro de Arica, respectivamente. Pero no todos a Quiñones. Esa es la verdad y eso debe cambiar y no me cansaré de insistir hasta que se logré ese cometido. La referida declaratoria del feriado de hoy y la celebración que llevará adelante en esta fecha el propio comando de la Fuerza Aérea del Perú ante los restos del héroe Quiñones que yacen en la Plaza de Armas de la Base Aérea de Las Palmas, y los reconocidos impulsos para relievar su trascendental figura por parte del ministerio de Defensa de nuestro país, es un gran paso en ese objetivo. Comprendamos que el exalumno de los colegios SS.CC. Recoleta y Nuestra Señora de Guadalupe, también debería estarlo en esa merecida intensidad de recordación pues Quiñones, a sus 27 años de edad, no se inmoló para dejar a salvo su honor personal como sucedió con gran parte de los pilotos nipones o kamikaze durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Quiñones tampoco fue un suicida. Lo hizo porque tuvo arrojo, un estado personal excepcional en el que ya no importa la vida sino solo la Patria que lo vio nacer y por la que decidió morir, rompiendo la escala de los valores humanos que supone lógica y comprensiblemente conservar la integridad personal y hasta pensando en la familia. Quiñones, como Grau y Bolognesi, pensó en el Perú antes que en él mismo y allí está su grandeza, aquella que lo convirtió en héroe, superando el racional y respetable cumplimiento del deber que corresponde a cualquier militar o policía. Allí está su gloria inmortal, que debe ser conocida y recordada por todos los peruanos, sobre todo, en momentos como los que hoy vive el país, en que muchos solo piensan egoístamente en sus proyectos individuales y hasta deciden actuar de espaldas a la Patria, ofendiendo a la heredad nacional, base del cultivo de la ciudadanía bicentenaria de nuestra peruanidad. Tal como lo hice recientemente recordando los 150 años del nacimiento del genio Pedro Paulet, reitero mi propuesta para que José Abelardo Quiñones, Jorge Chávez y Pedro Paulet, sean declarados LOS TRES ASES DEL ESPACIO AÉREO DEL PERÚ. Finalmente, más esmero, entonces, en nuestra política educativa para que a TODOS los peruanos nos quede impregnado en nuestro imaginario colectivo, la enorme figura del inmortal José Abelardo Quiñones y repito su nombre completo para que quedé grabado en la psique consciente de todos los peruanos.

* Excanciller del Perú e Internacionalista.

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