¿Quo Vadis Perú?

El jueves 20, en su discurso de inauguración del Quo Vadis Perú de la Cámara de Comercio de Lima, el MEF Contreras explicó claramente la estrategia del Ejecutivo en el campo económico. Precisando que el impulso a la reactivación a través del avance de la inversión pública, pero sin afectar la convergencia de la inflación, es la principal herramienta. Explicando que había preocupaciones válidas acerca de que el estímulo del gasto pudiera haber afectado la disminución de la inflación, lo que, felizmente, no ha sucedido.

Indicando que en el segundo trimestre, en el acumulado, la inversión pública está creciendo 15%, lo que ha compensado el menor dinamismo en el gasto de los gobiernos regionales, y sobre todo en la ejecución de los gobiernos locales, que actualmente es el principal desafío.

En esta línea, la presidenta Boluarte ha puesto una ambiciosa meta de crecimiento del 100% en la ejecución de la inversión pública. Y ya llevan 35%, y en julio ha crecido 55%. Apostando a que la ejecución de la inversión pública sea el principal impulsor, pero también que esa mayor ejecución se refleje en mejores servicios públicos.

Asimismo hay que recordar que en los últimos meses se han presentado proyectos por más de US$ 9,000 millones: Zafranal $ 1,473 mlls; Falchani $ 587 mlls; La Granja, $ 5,000 mlls.; Ampliación de Antamina, $ 2,000 mlls. Que en cuanto entren en operación representarán un mayor crecimiento.

Es una estratégica válida, pero no hay que olvidar que la inversión pública solo representa el 20% de la inversión total, correspondiéndole a la inversión privada el 80% restante. Como lo hemos repetido muchas veces, el dinamismo de la inversión privada es la única salida sustentable para lograr un crecimiento sostenido. Y como ya lo han recordado dos calificadoras de riesgos, la principal restricción actualmente es la inestabilidad política y la ausencia de reformas.

Es por ello que el ministro de Economía manifestó algo evidente, pero que lo diga el MEF o la Presidenta adquiere otra importancia: “Necesitamos una Reforma Política que aclare el panorama a los inversionistas”. Si eso lo tienen tan claro las más altas autoridades del Ejecutivo, que acostumbran negociar diversos temas con el Legislativo, deben otorgarle la máxima prioridad a ese tema y de una vez avanzan en esa dirección.

El problema que enfrentan las autoridades es que si no efectúan las reformas indispensables, la economía se deterioraría aún más, se generarían mayores niveles de pobreza y la mesa estaría servida para la izquierda en las próximas elecciones.

En todo caso el gobierno debe interpretar los resultados de la Toma de Lima como una oportunidad para demostrar que se pueden lograr acuerdos para recuperar el crecimiento conversando con la oposición . Y conseguir los votos requeridos para aprobar las reformas indispensables.

Ya que ni el Ejecutivo ni el Legislativo deben olvidar que la demanda del adelanto de elecciones es quizás la única en la que están de acuerdo representantes de derecha, izquierda y centro. Y si no se corrige la peligrosa tendencia de nuestro crecimiento no se generará empleo, el descontento popular crecerá así como las presiones para que se vayan todos.

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