Rafael Belaunde: un liberal con pantalones

Hace bien el líder del nuevo partido Libertad Popular, Rafo Belaunde, en visitar el corazón del Sur peruano, un territorio del cual se apoderaron las izquierdas radicales y no radicales, simplemente por un sentido de ausencia de una derecha desorientada, bruta y achorada, que no entiende que hacer política es recorrer plazas y conectar con la población de carne y hueso, y entender una realidad regional que definitivamente le es ajena desde hace décadas.
Su reciente visita a un evento organizado por la Confederación Nacional de Mineros Artesanales y Pequeños Productores Mineros del Perú en Arequipa, rescatando uno de los pilares fundamentales para el pensamiento liberal como es la generación de riqueza, sea esta formal, informal o ilegal, y dirigirse de frente a esta masa de productores que buscan su inserción al mercado, requiere tener los pantalones bien puestos, y darse cuenta de que el país necesita nuevos liderazgos desde la centro derecha y la centro izquierda, para recuperar el sentido de institucionalidad en modo inclusión.

Si Libertad Popular está abriendo un camino para darle forma a un nuevo liberalismo en el Perú, que se distinga del “neoliberalismo” excluyente al que con tanto éxito las izquierdas etiquetaron a las derechas del país (categorías obsoletas, por cierto, para comprender y analizar la realidad política), debiera también recuperar otro de los pilares fundamentales del liberalismo moderno: los derechos humanos, del cual también se adueñaron los socialistas a nivel global, a pesar de ser los liberales quienes los fundaron en el mundo moderno.
Si a estos suman pilares contemporáneos como el avance de la data y la big data en el manejo de procesos sociales, económicos y políticos, y el manejo adecuado de una comunicación integral efectiva, cada vez más influenciada por la inteligencia artificial y las redes sociales, tenemos al frente la semilla de un nuevo liberalismo peruano que realmente se distinga de otras expresiones que la historia peruana parió en el laberinto del liberalismo nacional.
Preocupa, sin embargo, en esa interesante, inspiradora e innovadora construcción liberal, un lenguaje que aún tiene grandes dificultades para conectar con el poblador peruano que no está incluido en el proceso formal de desarrollo peruano. Me refiero a poblaciones regionales enteras desconectadas física y digitalmente de las bondades de la generación de riqueza en una lógica de libre mercado, donde la competencia se convierte en la herramienta fundamental para desarrollar competencias que nos permitan insertarnos en la dinámica global de otra manera y otros bríos.

Si Libertad Popular pretende convertirse en el nuevo partido liberal del Perú, tendrá que reconocer, incluso, desde sus propias canteras conservadoras, que las tiene entre sus militantes, que el liberalismo es un pensamiento liberador en sí mismo, y por ello debe convertirse en un motor de inserción social, económico y político. Olvidar su esencia y su ADN emocional al momento de elegir sería condenar este naciente liberalismo peruano a un fracaso anunciado. ¡Buena suerte para la nueva aventura liberal!

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.