Recesión con punche
Cuando el INEI revele el crecimiento del PBI del segundo trimestre del 2023 (IIT23) y el empleo a nivel nacional (IIT23) mañana (martes 15 de agosto), reconfirmará la recesión. Un tercer trimestre con crecimiento negativo se adicionará a los dos trimestres negativos consecutivos (IV22 y IT23), requisito que exige la teoría económica para calificar una recesión.
En lugar de dos, tres. De manera que el coro de profetas “negacionistas” pueda entonar un Ave María. Como preámbulo, el titular del MEF Alex Contreras ha rebajado a 1.5% el crecimiento del PBI esperado de 2023.
En realidad no contaba con margen, porque según las normas, el Marco Macroeconómico Multianual se presenta cada 24 de agosto y el proyecto de presupuesto del año siguiente (2024) cada 30 de agosto, pero, confirmando el enfriamiento económico, el informe de agosto de “Avance Coyuntural” (INEI) indica que en el mes de junio una nueva caída de la construcción -10.6% (en mayo la manufactura cayó -15.6% y el agro -6.2%). No obstante, que la inflación (IPC Lima) bajó a 5.88% anual, el directorio del BCR se mantuvo terco en persistir con una política monetaria contractiva manteniendo por octavo mes la tasa de interés de referencia (tir) en 7.75% (10/8/23) mientras que en la vecindad las rachas alcistas se vienen quebrando: los BCRs de Chile y Brasil han aminorado la tir en 0.25% y 0.50% respectivamente.
El riesgo de esta obsesión recesiva es sumamente peligrosa. Según el Consejo Fiscal, que preside el exministro Carlos Oliva: “Uno de los mayores riesgos que podrían agravar aún más el deterioro… es la continuación de la política monetaria contractiva… la tir se ha mantenido en 7,75% y se espera una tendencia decreciente de la inflación en los próximos meses… Sin embargo, si la convergencia de la inflación al rango meta tarda más tiempo de lo esperado (distinto de lo que sucede en EE.UU.,
Europa y otros países de LATAM), puede conllevar a la necesidad de que la tir se ubique en niveles históricamente elevados por más tiempo de lo previsto…” (7/6/23). Es por eso, que el rostro de la recesión se vislumbra.
Según la SBS, además, el crecimiento de tarjetas de crédito es casi nulo (0.98%). Mientras tanto, el crecimiento del crédito al sector privado se viene congelando. Apenas creció 1% en julio de 2023 (6.1% hace un año). Pero, el crédito en soles es donde se aprecia una caída: -4.4%, donde, la mediana empresa -que ocupa entre 20 y 200 trabajadores- es la que más se retrae: -15%.
Esta abrupta retracción se explica por el encarecimiento de los préstamos. Veamos: las tasas anuales promedio en soles a julio de 2023 son: crédito de consumo 50.4%, a la microempresa 42%, pequeña empresa 23.13% y mediana empresa 14.7%. ¿Una micro, pequeña o mediana empresa de construcción, siembra o producción puede aventurarse en invertir con este nivel de tasas? O mejor, ahora que el dólar ha caído -5.5%, ahorra en soles al 7,56% anual.
No obstante, esta distorsión, el BCR se lava las manos con agua, jabón y gel: “…En suma, la desaceleración del crédito es explicada por distintos factores macroeconómicos más allá del alza de la tasa de interés de política a nivel global, por efectos tanto domésticos como externos.” (Notas de Estudio N° 56: Inflación). No me llamo Julio, me llamo Poncio.
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