¡Rechacemos la comunización del Perú!
¡Al menos 50% de los peruanos votaron CONTRA el comunismo! En consecuencia, no están obligados a obedecer a un régimen totalitario, como aquel que preside Castillo, ni menos a sostenerlo pagándole impuestos para que diezme nuestra calidad de vida y confisque nuestro patrimonio.
Castillo y el comunismo sólo proponen incrustarnos una dictadura comunista dentro del Estado, quebrantando la endeble organización pública que encontraron en Salud, Economía, Educación, Producción Minera (estando el precio del cobre a niveles jamás vistos), etc., sabiendo que con ello nos conducirán a la quiebra nacional. Asimismo, el régimen Castilllo sencillamente no enfrenta la ola criminal y el desatado sicariato, que asfixia a la gente. Como tampoco prepara al pueblo para enfrentar la brutal escasez de medicinas en los hospitales y postas públicas, porque las autoridades dejaron de importarlas atentando criminalmente contra la Salud Pública. Castillo y el comunismo igualmente no preparan al ciudadano para una tercera ola Covid que pudiese producir 100,000 muertes encima de las 200,000 existentes a la fecha. No obstante en lugar de hacer todo eso y mucho más, el presidente Castillo sigue el plan de sus predecesores, tambien comunistas (Vizcarra/Sagasti), quienes optaron por agudizar la indignacion popular desamparando al ciudadano en plena pandemia –primera y seguda ola Covid- para producir mayor malestar social y así enervar al votante en los recientes comicios, induciéndolo a sufragar por el comunismo. Ambos exgobernantes culparon de todos estos males a la derecha, siendo la izquierda –Vizcarra y Sagasti- la responsable. Ni Vizcarra, Sagasti -ni hasta hoy Castillo- compraron pruebas moleculares, camas UCI, plantas de oxígeno, respiradores mecánicos, hospitales de campaña. Como tampoco adquirieron, suficiente y oportunamente, las vacunas confiables -Pfizer, Moderna- importando preferentemente la cuestionada Sinopharm, que hoy tampoco existe en stock y no llegaría a tiempo para amainar la grave tercera ola en pleno desarrollo.
¡Lo único que propone el castillismo es comunizar el Perú! ¡Vale decir, empobrecerlo hasta la náusea! Como Cuba y Venezuela. Esa táctica comunista le rindió frutos a los tiranos de ambos países porque, como propone el manual comunista, una población mísera se doblega al poder populista del marxismo. Por esto Castillo persevera en falacias como las empresas públicas, soslayando que estas nos hicieron perder miles de millones de dólares por su ineficiencia, corrupción, favoritismo, burocracia, interés político, ignorancia profesional, etc., conduciéndonos en una gigantesca distracción de capitales que pudieron servir para mejorar la infraestructura, dándole mayor calidad de vida a la gente. ¡Las empresas públicas jamás privilegian la eficiencia! ¿La razón? Los estados comunistas tienen intereses contrapuestos al objetivo del emprendimiento privado. Vale decir, alentar la libre competencia para darle al usuario el mejor servicio, con calidad y bajo costo. ¡Y sin descapitalizarse! Lo necesario sería fijar los parámetros del servicio óptimo cuyos costos beneficien al pueblo. Aquello depende de la brillantez, capacidad y honestidad de las autoridades electas. Precisamente condiciones de las cuales carece el régimen comunista Castillo.
Recordemos esta máxima, amable lector. ¡Propiedad de todos es propiedad de nadie! Ahí nacen las ineficiencias, corruptelas que, finalmente, consolidan la pauperización del pueblo.
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