ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Recordando al gran Pelé

Imagen
Fecha Publicación: 26/03/2023 - 22:10
Escucha esta nota

Uno de los privilegios menos difundidos de algunos diplomáticos es el de tener la oportunidad, rara, por cierto, de encontrarse en algún lugar del mundo con una personalidad de fama internacional. A comienzos del milenio, prestaba servicios en Zúrich, en una tarea vinculada a la repatriación de fondos ilegalmente depositados en bancos suizos. El hotel que daba al lago era un lugar de encuentro.

Estaba sentado tomando un café con algunos banqueros. Se aproximó una persona con voz ronca y amable y me preguntó con la mayor cortesía ¿puedo tomar de vuestra mesa una silla? Percibí con el rabo del ojo que era Pelé. Luego me fijé en que se había sentado en un rincón, solo. Terminé el encuentro con los banqueros suizos y me acerqué a Pelé, presentándome, a la vez que le preguntaba si estaba esperando a alguien.

No, deduzco que usted como embajador conoce bien esta ciudad y domina el idioma alemán, me dijo con ojos vivaces y blanca sonrisa. Al recibir respondió, parándose, mi respuesta afirmativa, me sugirió dar un paseo por la ciudad. A lo que accedí con gusto.

"Este es el único lugar del mundo en que no me conoces, o sea se hace que no me conoce, y puedo pasar tranquilo. Hasta comerme una hamburguesa en un restaurante de comida rapera". En efecto, caminamos por la lujosa calle principal. Entramos a un par de tiendas. Se puso a modo de prueba un sombrero. En una relojería tuvo curiosidad por el modelo más caro. No compró.

Cuando comimos la hamburguesa mostró especial interés en las relaciones internacionales. Con preguntas tan simples y a la vez complejas. "Dígame, embajador, ¿cómo funciona el Mundo? ¿Por qué no alcanzamos a vivir en paz?". Luego analizamos el tema de los hermanos Dressler. Por la disputa entre ellos se crearon dos firmas Puma y Adidas, que se expandieron mundialmente.

Le comenté el origen de las tres rayas en la ropa deportiva de una de las marcas. Pelé reconoció que gracias al apoyo que recibió de uno de los hermanos pudo crecer su fama.

Yo le confesé que no entendía nada de fútbol. En el colegio un profesor de Educación Física me tomó un examen oral y me preguntó en qué posición jugaba el 10. No pude responderle. Me puso la nota 10, con la que quedé desaprobado. Solo jugué un par de veces de arquero. Yo también comencé de arquero, me comentó. Pero le dije que mi hijo menor era muy aficionado. Él sonrió y no esperó que se lo pidiera.

Cómo se llama, le escribiré una línea con mi firma. Usted seguramente, por su profesión, conoció mucha gente importante, debe tener una colección de autógrafos. No tengo ningún autógrafo. Efectivamente conocí y conversé con Kissinger, así como con Gorbachov. Negocié con Fidel Castro la liberación de cubanos. Trabajé con Pérez de Cuéllar. Pero nunca conocí un rey.

El primer soberano al que estreché la mano es a Pelé, caminamos de retorno al hotel. Y me dijo al despedirnos: La fama es efímera. Cuando yo me muera, tal vez nadie me recuerde. Le di un abrazo y le dije: "Yo, si no muero antes, escribiré un artículo sobre este encuentro". Lo hago ahora tres meses después de que falleciera. Así, casi veinte años después, cumplí con recordarlo.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitterInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.