ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Rectificación diplomática

Imagen
Fecha Publicación: 09/09/2023 - 22:30
Escucha esta nota

El pasado viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió el comunicado oficial 020-2023 mediante el cual informa que el Gobierno decidió suspender, a partir de la fecha, las relaciones diplomáticas con la llamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Añade que nuestro país, “fiel a los principios del derecho internacional que orientan su política exterior, reitera su voluntad de seguir apoyando, en el marco de las Naciones Unidas, todos los esfuerzos tendentes a lograr que las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental alcancen una solución política justa, duradera y aceptable para todas ellas, basada en la avenencia, que prevea la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, con la asistencia y el respaldo de la comunidad internacional y de países amigos como el Perú”.

Es una gran noticia que, valgan verdades, algunos pensábamos recibir todavía unos meses más adelante, dada la errática y sinuosa línea de nuestra cancillería desde que un puñado de embajadores en situación de retiro (pero dotados de una ambición perversa, taimada y sin límites) rodearan al gánster Pedro Castillo Terrones con el propósito de blindarlo internacionalmente e imponer sus propuestas regresivas a Torre Tagle.

Una de esas propuestas fue otorgarle reconocimiento a la inexistente RASD, la denominación atribuida a un pueblo nómada manipulado por la socialista Argelia para perturbar a su enemigo Marruecos (país con el cual rompió relaciones diplomáticas en agosto de 2021) en el Sahara Occidental y que carece tanto de territorio como de gobierno. No está reconocida por la ONU ni por 23 de las 24 naciones árabes. Sí en cambio y con entusiasmo, por el Foro de Sao Paulo, las dictaduras de Venezuela y Nicaragua.

En el breve ejercicio que tuvo como canciller durante la administración de Castillo Terrones, el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay tuvo el coraje de enmendar el desaguisado perpetrado desde el inicio de ese nefasto gobierno y suspendió las relaciones con la RASD. Sin embargo, fue obligado a renunciar por el mismo Castillo y su reemplazante, César Landa-Arroyo, procedió a restituirlas. Un acto verdaderamente infame de banalización de nuestra política exterior con el que se perturbaba el casi sexagenario vínculo de amistad y cooperación con el reino de Marruecos, país clave no sólo en el mundo árabe sino también en el continente africano. País con el que hemos construido lazos irreversibles gracias a la puesta en marcha de una carpeta muy rica de programas de intercambio económico, social y cultural.

Torre Tagle empieza a corregir la impronta dejada por el delincuente Castillo y sus sobones. Pero aún falta mucho por hacer.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.