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Reestructuración excepcional en la PNP

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Fecha Publicación: 09/11/2024 - 23:01
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El pase a retiro excepcional de 720 oficiales de la Policía Nacional del Perú (PNP), desde alféreces hasta generales, representa un intento inédito de reorganizar la estructura y mejorar la calidad institucional en un contexto de cuestionamientos. Avalado por el Consejo de Estado, este proceso busca depurar la PNP utilizando criterios técnicos orientados a fortalecer la integridad y funcionalidad de la institución, asegurando que sus integrantes aporten a su fortalecimiento.
Se han establecido criterios de retiro que incluyen aspectos disciplinarios, académicos, de desempeño y situación judicial. La selección se enfoca en oficiales sancionados por infracciones graves, aquellos cercanos a la edad límite sin proyección de ascenso, o aquellos que no cumplen los requisitos de formación necesarios para avanzar en sus carreras. También se hará énfasis en detectar oficiales con antecedentes de corrupción, vinculados a actividades ilícitas o con limitada capacidad de desarrollo dentro de la PNP. Este enfoque no busca sancionar administrativamente sino aplicar una “evaluación estratégica” de las trayectorias policiales, según las autoridades.
El proceso enfrenta el reto de reformar una estructura tradicional que no siempre ha favorecido el ascenso por méritos y desempeño. La normativa actual ha permitido que algunos oficiales se mantengan en un mismo grado por años, a menudo sin opciones de ascenso o sin méritos claros, lo que ha facilitado la acumulación de oficiales de alto rango con trayectoria cuestionada. La reestructuración actual, en cambio, evalúa de manera integral la formación académica, el historial disciplinario y el compromiso ético, y exige el cumplimiento de requisitos avanzados de formación, como la Maestría en Comando y Asesoramiento de Estado Mayor o el Programa de Alto Mando en Orden Interno y Desarrollo Nacional.
La aprobación del Consejo de Estado y la creación de una comisión especial aportan formalidad y transparencia al proceso, que cuenta con miembros de alto rango de la PNP, como el jefe del Estado Mayor y directores nacionales de inteligencia y recursos humanos. Estos líderes validan que cada oficial cumpla con una o más de las condiciones establecidas. Además, la solicitud de información a instituciones clave, como el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Inspectoría General, asegura una evaluación imparcial y respaldada por múltiples fuentes.
El desafío para la PNP será evitar percepciones de persecución o injusticia, manteniendo un proceso técnico y ético. En tiempos de alta inseguridad y corrupción enquistada, fortalecer la PNP y restaurar la confianza pública requiere una evaluación rigurosa pero justa. Este retiro masivo no solo responde a la necesidad de tener una policía más eficiente, sino también a la obligación de recuperar el respaldo ciudadano hacia una institución que ha perdido parte de su credibilidad.
Esta reestructuración marca un paso importante hacia una PNP más comprometida con el orden, la seguridad y el bienestar de la ciudadanía, avanzando hacia un modelo de policía que inspire confianza y demuestre eficacia.

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