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Regalándole US$ 157 millones adicionales a Odebretch

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Fecha Publicación: 08/11/2019 - 22:20
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Estamos a dos meses de estas aberrantes elecciones legislativas convocadas por el presidente accidental Vizcarra para satisfacer una de tantas exigencias de la progresía marxista que lo mantiene secuestrado. Social ni políticamente el país está preparado para acudir en estos momentos a santificar comicios que pudiesen degenerar en alguna revuelta enmascarada. Como mutar al futuro Legislativo en Asamblea Constituyente tipo chavista. Para empezar, Latinoamérica está envuelta en una ola revolucionaria digitada desde La Habana y Caracas -asesorada por Moscú/Pekín y estructurada por el Foro de Sao Paulo- para crear un imperio comunista en la región. Lo ocurrido simultáneamente en Chile, Ecuador, Bolivia y Perú es prueba fehaciente. Además, recordemos que hace cuarenta días Vizcarra cerró el Congreso. Desde entonces gobierna autocráticamente. Su gabinete, presidido por otro golpista como él, acaba de pisotear la Constitución no asistiendo a la Comisión Permanente del Legislativo para exponer su “plan de gobierno”.

Vivimos entonces al margen del Estado de Derecho. Las cosas se hacen tal cual las dicta la cúpula golpista aprovechando la coyuntura de quiebra democrática. Por ejemplo, valiéndose de una Fiscalía politizada -que administra como apéndice policíaco- decide devolverle US$ 157 millones a Odebretch, contraviniendo todo principio legítimo. Porque esta empresa corrompida, corrompedora -y autodeclarada en quiebra- le adeuda varios miles de millones al Estado peruano por múltiples conceptos. Un mayúsculo escándalo que pudiese afiebrar todavía más el ya alborotado cotarro. Pero así son las autocracias. Manda el tirano. El resto calla y se allana. Las órdenes se acatan. ¡Y punto! Porque si alguien chista entonces será destripado por ese periodismo venal comprado por Palacio de Gobierno con dinero del contribuyente, bajo el artificio del avisaje estatal. Que es un estilo fariseo de manipular al periodismo. Como antes hiciera Montesinos cebándolo con dinero también del contribuyente; aunque empaquetado y con prueba grabada mediante video.

Por cierto, estamos a menos de sesenta días de concluir el año y las estadísticas indican que la gestión de Vizcarra únicamente ha invertido 46% del presupuesto que le aprobara el ignominiosamente llamado “Congreso obstruccionista”. Es decir, un gobierno incapaz, prepotente y alevoso que ha recurrido al golpismo como cortina de humo para esconder su incompetencia y pequeñez, traducidas en privar a la sociedad peruana de contar con eficientes servicios de Salud, Educación, Seguridad, Pensiones y Reconstrucción de los desastres naturales ocurridos hace ya dos años. Mientras tanto, vemos que el común denominador que dan los chilenos como razones para justificar sus violentas protestas es, precisamente, la falta aquellos servicios básicos. Esto, amable lector, constituye la razón de ser de todo gobernante. Pero claro, Vizcarra es incompetente, lo mismo que toda la gente que le rodea. De modo que del inepto jamás podrá esperarse nada bueno.

Entre tanto, este gobierno continúa atollado en el pantano de su más absoluta inutilidad. Insiste en su gran tontería del obstruccionismo y en desacreditar el sistema democrático como argumentos efectistas para justificar su medianía. ¿Qué esperar entonces del régimen Vizcarra? Pues nuevas engañifas, y mantener bajo cero los servicios públicos desintegrando nuestra calidad de vida.