¿Regreso sin gloria?

Este 2022 que ya se juega sus descuentos ha sido muy intenso en muchos aspectos incluyendo el electoral, en el plano nacional hace poco se celebraron elecciones municipales y regionales, mientras que en el internacional hemos asistido a cambios presidenciales en Colombia y recientemente en Brasil, también ya es prácticamente un hecho el retorno de Benjamín Netanyahu al cargo de primer ministro de Israel, con lo cual será el político de mayor tiempo ejerciendo esa función. Bibi como acostumbran llamarlo cuenta en su haber con dos gestiones anteriores sumando 15 años de gobierno. Estos resultados no dejan de llamar la atención, ya que tanto Netanyahu como Lula han sido cuestionados por corrupción, aunque en el caso del líder israelí los cargos que afronta están en etapa de juzgamiento, pero en el de Lula sí existieron fallos condenatorios cuyas penas sumadas superaban los 20 años de cárcel, que fueron revocados en el 2021 por la justicia brasileña, lo que le permitió postularse nuevamente.

Para sus detractores, la victoria de Lula ha sido pírrica con menos de dos puntos de diferencia sobre Bolsonaro, la más estrecha de los últimos tiempos en Brasil, quien pagó con esta derrota su desastroso manejo de la pandemia al igual que le pasó a Trump en Estados Unidos, ambos vencidos más por la covid-19 que por méritos de sus oponentes.

Además de todo esto, tal parece que hay como una especie de resignación para votar por el menos malo, teniendo que dejar de lado valoraciones morales que deberían tener un peso fundamental cuando se tiene que elegir al gobernante de un país. Existe además una falta de renovación de nuevos cuadros en la política latinoamericana y que se refleja en que veamos los mismos rostros en los cargos de alta magistratura para presidencia o vicepresidencias, como en Argentina.

En lo referente al regreso de Netanyahu, pudiera también haber pesado la ausencia de nuevos liderazgos, asociado a que los israelíes consideren que Bibi es con quien se sienten más seguros para enfrentar posibles escenarios de conflictos que puedan venir para Israel, pues imagino por ejemplo que debe serles de preocupación ver el accionar de los formidables drones iraníes con los que Rusia está destruyendo la infraestructura energética de Ucrania y que no se sabe si podrían doblegar su famoso sistema de defensa aérea de la Cúpula de Hierro que ha sido exitoso hasta ahora contra los cohetes disparados por Hamas desde la Franja de Gaza. Y ahora se viene el 8 de noviembre las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, donde los demócratas no la tienen nada fácil ante el descontento de los votantes por una economía asolada por una persistente inflación y el temor a una muy probable recesión. Para algunos analistas estos comicios tendrán un impacto decisivo también en el futuro de la guerra de invasión a Ucrania. Veremos qué pasará.

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