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Repudio nacional al corrupto Alejandro Celestino Toledo Manrique

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Fecha Publicación: 22/10/2024 - 22:00
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El Segundo Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional condenó hoy, en un fallo de primera instancia, al expresidente Alejandro Celestino Toledo Manrique a 20 años y 6 meses de prisión efectiva, tras hallarlo culpable de colusión y lavado de activos. El 31 de octubre a las 10:00 horas, el Colegiado ha citado a las partes para la lectura de la sentencia.
En nuestra bicentenaria existencia como República, la corrupción en el Perú es un mal transversal que ha afectado al país, penetrando las instituciones del Estado en todos sus niveles. Especialmente en los altos cargos, los hechos muestran que este mal ha sido ininterrumpido y se ha mantenido con mayor o menor intensidad a lo largo del tiempo. Ha evolucionado, involucrando a cada vez más personas y niveles, e impidiendo atender adecuadamente las necesidades básicas de la población en áreas como salud, educación, seguridad interna y externa, infraestructura y administración de justicia, entre otras. Todo esto ha frustrado el desarrollo socioeconómico del país, impidiendo alcanzar los niveles mínimos necesarios para una vida digna.
Independientemente del proceso legal aún en curso contra Toledo Manrique por actos de corrupción, su gestión de gobierno (2001-2006) también se vio marcada por el favorecimiento de la liberación de terroristas sentenciados y procesados, miembros de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Esto permitió la acción de comunistas y progresistas de izquierda en diversas modalidades, con las nefastas consecuencias que vivimos y sufrimos.
Es indudable que, independientemente de los procesos legales, Toledo merece el repudio generalizado de la sociedad peruana por el gran daño causado a la moral de la Nación. Por dignidad, corresponde exigir que las autoridades de la República del Perú dispongan de inmediato el retiro de todas las condecoraciones y distinciones que las instituciones de los poderes públicos, tanto a nivel nacional como regional o local, le hayan otorgado. Asimismo, las organizaciones civiles deberían considerar hacer lo propio, removiendo su nombre y fotografías de cualquier edificio u obra pública en la que se le mencione.
El honor del Perú nos lo demanda.

Por TTG.FAP Julio Valdez

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