A respaldar al JNE
Dejando constancia que el “Habemus Papam Peruvianus” León XIV es la mejor e inesperada noticia para el poco feliz noticiario peruano y que habrá muchas más después de que sea entronizado, pasamos a un hecho local que invita al moderado optimismo. El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha anunciado la presentación al Parlamento de un proyecto de ley para sacar de la carrera electoral próxima a los partidos inscritos con afiliaciones bamba y/o firmas trafeadas. Algunos congresistas también se han trepado a la ola y formulado cosa parecida con el propósito de lograr la cancelación de la inscripción de estas organizaciones políticas manchadas por la fraudulenta suplantación y/o la servil falsificación.
Hay que felicitar al nuevo titular del JNE y a sus miembros por la oportuna iniciativa que no solo contribuye a restablecer la confianza perdida en el sistema electoral a raíz de los comicios del 2021, sino que obliga al Congreso de la República y, de paso, a la sucesora presidencial a aprobar y promulgar la ley de marras que posibilite expectorar –o siquiera suspender– a los partidos truchos envueltos en el escándalo, ayudando a que la campaña preelectoral y la elección general venidera sea menos caótica de lo que pinta.
La modificación de las leyes de Organizaciones Políticas y General de Elecciones que se plantea resulta indispensable para alcanzar esta finalidad acorde con el Estado constitucional y democrático. Conforme al artículo 103 de la Constitución y normas reglamentarias, nada impide que la iniciativa legal propuesta se aplique de inmediato al proceso eleccionario convocado para el año 2026 y que el JNE, garantizando el debido procedimiento y resolviendo ajustado al criterio de conciencia, elimine o suspenda, según el caso, a las agrupaciones que han incurrido en estos actos ilícitos.
Quizás pecamos de ilusos al pretender que este saneamiento partidario se conseguirá con la cuestionable representación parlamentaria que tenemos, puesto que a más de uno de los sentados en las curules le salpica la escandalosa trama antidemocrática. Puede ser. Empero, si esta fumigación legal, que la exige la más elemental ética republicana, se frustra, será deber y responsabilidad de cada ciudadano vetar y tachar con su voto a estos partiduchos y sus candidatos, y al nuevo JNE hacer prevalecer el Estado de Derecho y la legalidad y transparencia electorales. ¡AMÉN!
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