¡Respetemos la constitucionalidad!
Ante los hechos de violencia que vienen azotando nuestra Patria, los medios de comunicación social, sobre todo la TV, tienen mucha responsabilidad, al manipular adrede la información y azuzar a la gente.
Con ese ímpetu desbocado con que vienen actuando, debieron hacerlo el 30 de setiembre del año pasado, cuando el felón cerró el Congreso de la República y una masa aplaudió como focas.
La Ley de Radio y Televisión (Ley Nº 28278) pareciera que es desconocida para los directores periodísticos, productores, editores, conductoras y hasta los reporteros, la cual contempla que la prestación de los servicios de radiodifusión se rige por la DEFENSA DEL ORDEN JURÍDICO DEMOCRÁTICO, no apareciendo la palabra manipulación, que es lo que viene haciendo.
Esta gente se ha olvidado que el espectro radioeléctrico es un recurso natural que forma parte del patrimonio de la Nación; sin embargo, los bustos parlantes crean zozobra y confusión.
Tenemos el deber de respetar la constitucionalidad, la institucionalidad y la democracia, únicas formas de vivir civilizadamente. La violencia y la barbarie no conducen a nada, desconocer la Ley de leyes o utilizarla a su conveniencia es una ignominia, es hora de fajarnos por nuestra Patria, que es la única que tenemos.
Manuel Merino de Lama desde 1979 integró el Comando de Juventudes de Acción Popular (AP), participando en las Elecciones Generales del 2001 como candidato al Parlamento por Tumbes, logrando el primer lugar, presidió la Comisión de Defensa del Consumidor (2003-2004). En el 2011, fue nuevamente electo congresista, fue primer vicepresidente del Parlamento, presidente de la Comisión de Vivienda y vicepresidente del Parlamento Amazónico (2011-2013).
En las Elecciones Extraordinarias convocadas por Vizcarra luego de una “denegación fáctica” el 30 de setiembre del 2019, logró un escaño para el período complementario (2020-2021) y el 16 de marzo, al instalarse el Congreso de la República, Manuel fue elegido, como presidente del Parlamento con 93 votos a favor.
En sus más de cuatro décadas como político jamás se apartó de Acción Popular (AP) y menos coqueteó con otras tiendas políticas y eso hay que reconocerlo y valorarlo.
El hecho que sea mi amigo, no significa que lo defienda, pero no puede ser posible que una prensa prostituida y manipuladora pretenda deslegitimar su trayectoria. ¡Eso no es periodismo!
Hay una confabulación execrable de los canales de TV, uno de cable, algunos medios impresos y radiales donde hablan de un “Golpe de Estado” y en otros “Golpe de Estado Parlamentario”, afirmaciones que sólo caben en mentes enfermizas o en conductores y reporteros ignaros, que solo reciben órdenes del dueño del medio, convirtiéndose en bustos parlantes, manipuladores y olvidándose de la ética que tiene que imperar en el periodismo y la cual estuvo revoloteando en el lodazal de la escoria del Ejecutivo, el cual de acuerdo al ordenamiento constitucional acabó la noche del lunes.
Seamos dignos de nuestra profesión y no amanuenses de intereses que pretenden tumbarse a un presidente legítimamente ungido, al amparo de la constitucionalidad.
