¡Retomemos la fiscalización del Estado!

EXPRESO publicó ayer una encuesta del Centro de Investigación en Opinión Pública (CIOP) de la Universidad de Piura (UDEP), que concluye de manera clara y contundente: nuestros jóvenes universitarios consideran que la mayoría de las entidades del Estado están inmersas en severos procesos de corrupción, debido al mal manejo que cunde al interior de ellas; alertándonos de una realidad preocupante para el futuro de nuestra nación.
Según este sondeo de opinión, el 66 % de los alumnos tiene una valoración “muy negativa” sobre la conducta de las instituciones del Estado, concluyendo que el 53 % de ellas no son transparentes y un 35 % del total actúa “ilícitamente”. Analizando por categoría, casi la totalidad de encuestados observa que el 97 % de aquellas instituciones están envueltas, en mayor o menor grado, en affaires de corrupción; y además, que estas no actúan con transparencia; fuera de que un 94 % del total apela a comportamientos arbitrarios. En conclusión, para el director de aquella repartición de la Universidad de Piura, el estudiantado es consciente de que el sistema, tal y como está, no solo es opaco sino que, “principalmente, sirve a intereses particulares”. Por tanto, esta percepción de corrupción es una suerte de castigo para la clase dirigencial actual, no solamente una sanción al sistema democrático; “al cual si bien le falta hacer ajustes, no existe una percepción generalizada de que tenga que cambiar”.
El revelador estudio del Centro de Investigación en Opinión Pública de la Universidad de Piura confirma lo que muchos percibimos: que existe una crisis de legitimidad institucional que afecta la confianza ciudadana, particularmente entre los jóvenes universitarios; donde un 66 % de estos considera que las instituciones del Estado son corruptas, el 53 % cree que no son transparentes y el 35 % afirma que actúan ilegalmente. Ello es, pues, un llamado para evitar el cinismo y demandar una transformación; modelando propuestas legislativas que fortalezcan la transparencia entre los organismos del Estado. ¡Sobre todo para eliminar a la Contraloría de la República, sustituyéndola por un organismo acorde con los tiempos, atendiendo a la realidad de que nuestro Estado —incluida la Contraloría de marras— constituye un universo de corrupción que, urgentemente, necesita ser erradicado de cuajo!
Para que nuestro país vuelva a tener futuro, es fundamental establecer un absolutamente distinto mecanismo de control cruzado entre los tres poderes del Estado; eliminando y penalizando toda concentración de facultades sin fiscalización, e incorporando a representantes de la ciudadanía. Allí necesitamos incluir a delegados estudiantiles de las tres mejores universidades del país, según un organismo acreditado extranjero. Ello, de manera que, en conjunto con representantes de la industria y el comercio, fiscalicen profesional, eficaz y honestamente al Estado. La auténtica Contraloría hace ya casi un siglo dejó de operar en nuestra nación, habiendo sido reemplazada por una entidad amorfa, sin alma ni capacidades intelectuales para controlar el descomunal gasto público; origen principal de la espantosa corrupción que impera en el llamado “Estado” peruano.
El estudio lanzado por el Centro de Investigación en Opinión Pública de la Universidad de Piura debe servirnos de acicate para retomar la fiscalización estatal.

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