Riesgos del incremento de la remuneración mínima
El Presidente Pedro Castillo en Ayacucho “anunció que trabajadores formales” percibirán la remuneración mínima mensual de S/ 1,000; actualmente es de S/ 930 mensual.
El incremento permitirá a los trabajadores formales (registrados en planillas) solventar algo del aumento de precios de los productos de primera necesidad. La subida se debió a la elevación del valor del dólar consecuencia de que el propio Presidente, con sus “propuestas” desde su campaña electoral, espanto a los empresarios inversionistas nacionales y extranjeros.
“El anuncio presidencial” no mide las consecuencias “de su decisión”. En el Perú últimamente se ha agravado la informalidad laboral debido a la falta de puestos de trabajo. Hay muchos, muchísimos empresarios que son tan pobres como sus trabajadores dependientes; tanto empleadores como trabajadores si apenas realizan labores no rentables para clientes también pobres; se ganan el pan con angustia.
Están, no los pequeños –como se les señala– sino virtualmente pequeñísimos “empresarios” que producen bienes y realizan servicios cuasi ‘deménticos’ en “talleres” de mecánica, herrería, carpintería, sastrería, costurera, etc. y hasta vendedores ambulantes de comida y otros productos, donde el patrón es tan mísero como el operario y les pagan a la mano cada día. Entre ellos están los artesanos que en pequeños talleres domésticos “se dedican a producir algo”. El “dueño” es un pobre más.
Entonces, ¿cómo este “empleador” va incrementar la remuneración a sus iguales?, ¿de dónde va a obtener mayor dinero si sus clientes no les pagan más?
El gobierno, al respecto, debe expedir normas legales con claridad. El Presidente se ha referido en su discurso a “los trabajadores formales”. Esto debe precisarlo. Es correcto que formalice a los empresarios y que estos registren a sus dependientes en planillas. Sin embargo debe considerar a los empresarios míseros, virtualmente artesanos, que debido a la actual situación no están en condiciones de cambiar su realidad. Si se les afecta terminarán por cerrar sus talleres incrementando la desocupación y la miseria.
El Gobernante también debe recapacitar que la situación económica nacional –que afecta a los más pobres– se debe a “sus anuncios” preelectorales y sus actos realizados desde que asumió el Poder, hechos sin reflexionar en las consecuencias.
Nadie se opone a que se mejoren la remuneración de los trabajadores en las actuales circunstancias nacionales, sin embargo, al mismo tiempo debe considere a los pequeñísimos “empleadores”. Que en la norma legal se establezca el tipo de empleadores que deben otorgarlas y las excepciones razonables.
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