Roxana Valdivieso, corazón valiente
De todas las voces que tuve la fortuna de conocer en la música popular peruana, pocas me han dejado una impresión tan marcada como la de Roxana Valdivieso. Su talento ha estado presente desde hace décadas, aunque muchas veces su reconocimiento no ha sido el que merece.
La escuché por primera vez en 1972, junto a Gian Piero Solari. Un año después coincidimos en un estudio para grabar un par de covers de Elton John y de los Beatles. Desde entonces nació una amistad, y descubrí en ella a una artista integral, con inquietudes que iban mucho más allá del canto.
Roxana es, además de cantante, una destacada dibujante, diseñadora, escritora y compositora. Su sensibilidad atraviesa todo lo que hace. Canciones como El país en América o la recordada música de la novela Carmín, en los años 80, escrita junto a Miguel “Chino” Figueroa, son solo una muestra de su capacidad creativa.
A lo largo de su vida ha enfrentado momentos difíciles, que supo transformar en aprendizajes y fortaleza. Esa resiliencia se refleja también en su vida familiar, compartida con su esposo, el director y productor Luis Llosa, con quien ha formado un hogar sólido y cuyo trabajo creativo ha acompañado. Sus hijos, a su vez, han continuado la ruta artística de sus padres.
En la música, Roxana siempre ha destacado por su disciplina y elegancia interpretativa. Es afinada, estudiosa y tiene la virtud de investigar a fondo cada género hasta hacerlo suyo. En 1987, por ejemplo, compartió con Luis González Carpena la grabación de un disco de música criolla que aún se recuerda por la dedicación puesta en cada detalle.
Otro de sus atributos es la versatilidad: canta con solvencia en inglés, francés, italiano y español, sin perder el matiz propio de cada idioma ni el sentido profundo de las letras.
Ese entusiasmo artístico también la llevó a acompañarme, junto con Eva Ayllón, en el proyecto Los Hijos del Sol, una experiencia que significó mucho para todos los que participamos.
Roxana Valdivieso es, en definitiva, una artista completa, que ha sabido combinar su voz, sus dibujos y sus textos con una vida marcada por la constancia. Más allá del escenario, Roxana es, ante todo, un corazón valiente que convirtió el arte en su forma de vivir y compartir con los demás lo mejor de sí.
Finalmente, y como primicia, puedo adelantar que Lucho Llosa está preparando en el Teatro Municipal un espectáculo dedicado a la vida de Mario Vargas Llosa vista a través de la música. Pocos saben que el Nobel fue un apasionado tanto de la música clásica como de la criolla. Será una producción en la que participarán artistas de primer nivel, entre ellos Tania Libertad y la propia Roxana. Será, pues, una magnífica ocasión para volver a escucharla.
Por Ricardo Ghibellini H.
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