¿Rumbo a una quiebra disimulada del Estado?

Las recientes y explosivas declaraciones del tradicionalmente ponderado presidente del BCR, Julio Velarde, han destapado la Caja de Pandora: ¡Perú está en recesión!

Y probablemente siga en ello, ante la incapacidad –¿o algo más?– del ministro de Economía, Alex Contreras, exministro del golpista/comunista Castillo. Tanto el sector primario como el no primario se han contraído, afectando igualmente el empleo.

“La contracción más importante ha sido en la inversión privada y también la pública”, acotó. Asimismo, precisó que el déficit de las finanzas públicas llegará a 2.5% “con lo cual se romperán las reglas fiscales por primera vez en 22 años”.

Es decir, una radiografía de un enfermo en cuidados intensivos.
Desde el abordaje al Estado que hizo el comunismo/terrorismo, encaramado tras el golpista, ágrafo, corrupto Pedro Castillo, seguimos amenazados por la estrategia destructiva de la izquierda, enfocada a acabar con nuestra democracia y el Estado de derecho.

Hablamos de la destrucción de la economía como táctica conocida del marxismo para debilitar la moral de las sociedades.

Asimismo para fortalecer a papá gobierno, convertido en mecenas a partir de subsidios indiscriminados dirigidos a que el poblador crea que el comunismo –escondido detrás de la figura gobernante– se preocupa por los ingresos de Juan Pueblo. Cuando lo que hay detrás de esa trampa es enviciar a la sociedad a recibir subsidios; mientras el gobierno va apoderándose progresivamente del aparato productivo, so pretexto de la quiebra de las empresas privadas que antes operaban ese artilugio.

Y cuando la gente se percate de que ya no exista libertad de emprendimiento –y ya todo el aparato productivo, incluidas las medianas y pequeñas empresas, pertenezcan a papá gobierno– será demasiado tarde para recapacitar.

El régimen comunista, tal cual ocurrió en Cuba, Venezuela o Nicaragua, ya se habrá apropiado del patrimonio de los 33 millones de peruanos, quienes pasarán a ser simples vasallos del régimen de turno, amo absoluto del país.

Esta práctica la conoce al revés y al derecho el comunista peruano, eminencia gris del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón Rojas, formado durante dieciséis largos años de enseñanza/práctica en Cuba; preparado por el poderoso “apparátchik” llamado Dirección de inteligencia D1, o G2 de Cuba, de corte soviético, al que pertenecieron Fidel y Raúl Castro, Ernesto “che” Guevara y, coincidentemente, el actual embajador cubano en el Perú –y eminencia gris de aquel sistema de espionaje– Carlos “el gallo” Zamora.

De modo que la destrucción de nuestra economía –como jamás habíamos visto; incluso en las peores épocas de quiebra de los años ochenta; y a la que nadie en este gobierno (muy sospechosamente) presta atención; empezando por el propio ministro de Economía Contreras–tranquilamente pudiera ser el mecanismo elegido por el comunismo (a través de Vladimir Cerrón, jefe del partido al que perteneció Dina Boluarte, hasta hace muy poco), con el propósito de formalizar su estrategia para quebrar al Estado y convertirnos próximamente en otro país comunista más latinoamericano.

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