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¿Sabrá Castillo que está en gravísimos problemas?

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Fecha Publicación: 12/07/2022 - 23:00
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La Fiscalía de la Nación le ha reconocido la condición de “Colaborador Eficaz” a Zamir Villaverde, un individuo ladino que sembró y consolidó amistad pre y postelectoral con Pedro Castillo y su entorno cercano. Esta relación, entre Castillo y Villaverde, empieza proporcionándole los servicios de seguridad que brinda una empresa especializada que forma parte de un conjunto de negocios de su propiedad. Según ha trascendido, tales servicios abarcaban el transporte del entonces candidato que en esos momentos se encontraba en plena campaña electoral. Fundamentalmente, durante el repechaje. Los servicios eran prestados a Castillo y sus familiares: esposa, hijos, la hija putativa, sobrinos, padres, etc. Para mayor “seguridad” estos abarcaban la entrega de teléfonos móviles, supuestamente ajenos a cualquier rastreo por los sistemas de inteligencia del Estado, ya que estaban a nombre de una empresa particular. Pero, además, cada uno de los vehículos era conducido por un chofer “libre” de cualquier sospecha de relación con los demás candidatos, y desde luego con el Estado. No obstante, siguiendo el hilo de los trascendidos, esos vehículos al servicio de Castillo, sus familiares y allegados -en la campaña para la segunda vuelta electoral- estaban provistos de mecanismos de espionaje, consistentes en micrófonos escondidos que transmitían directamente a la central de la empresa de seguridad de Villaverde.

Es más, los conductores anotaban detalles como los locales y las personas visitadas por Castillo y compañía, así como las horas de recojo y traslado a cada lugar, etc., dando cuenta al finalizar su jornada a su empleadora: la agencia de seguridad. En rigor, Villaverde montó todo un sistema de inteligencia, bajo sus órdenes, para tener registrados tanto los desplazamientos como las conversaciones/reuniones de Castillo y compañía. Al decir compañía, nos estamos refiriendo al germen de la organización criminal en que ésta se convertiría, a partir de que el JNE le facilitó sospechosamente el triunfo a Castillo en el repechaje. También ha trascendido que Villaverde -personaje astuto, especie de arena movediza- entabló amistad con gente amiga, de larga data, de Castillo. Generalmente todos chotanos y profesores. Como el fugado ex ministro de Transportes Juan Silva, a quien Villaverde habría entregado uno de sus celulares, manteniéndolo perfectamente controlado.

Tras la confianza ganada por Villaverde –quien colaboró “donándole” sus servicios de seguridad a Castillo, la familia y colaboradores como el fugado ministro- su vinculación escaló, ofreciéndose –todo está grabado- como intermediario entre el futuro presidente y “amigos” suyos, potenciales proveedores de servicios al Estado.

Villaverde sabe mucho de los intríngulis de Castillo. Registró –lo dijo en una audiencia- sus maniobras con el JNE para amañar la segunda vuelta. Además, conoce el diseño de la organización criminal a la que tanto se refiere la Fiscalía, en su imputación a Castillo. Estas y otras informaciones más -que mantendría escondidas- habría ofrecido Villaverde a la Fiscalía, previamente declarándose culpable de los delitos en que los habría incurrido a cambio de quedar libre y reducir la condena que le espera.

¿El aún presidente Pedro Castillo es consciente de la coyuntura en que anda metido?

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