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Sacrificio de dama

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Fecha Publicación: 04/12/2023 - 22:10
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El debate de ideas ha quedado desfasado, pues mientras los modelos de izquierda han fracasado en todos los países donde fueron implementados, la derecha ha perdido conexión con las grandes empresas que manejan la prensa, y por ello, carece de presencia política en extensos sectores de la sociedad. A falta de confrontación programática, la actividad política ha tenido que recurrir al desprestigio del adversario, utilizando a los organismos relacionados directa o indirectamente con la administración de justicia. De esa manera, se ha judicializado la política, siendo más importante conseguir unos pocos jueces y fiscales militantes, que el dominio de sindicatos o de gremios profesionales. Las ONG de izquierda lo entendieron desde la última década del siglo pasado, cuando cultivaron el contacto con la judicatura a través de generosas becas para cursos en el extranjero y participando activamente en los procesos de ratificación, litigando luego ante esos mismos jueces y fiscales paralelamente sin que nadie advirtiera el conflicto de interés; por eso, dominan el ajedrez político.

En esta década ha quedado demostrada la hegemonía de la izquierda democrática en los despachos judiciales, lo que le ha permitido ofrecer impunidad a los empresarios nacionales que multiplicaron sus fortunas gracias a su participación en los multimillonarios proyectos que las empresas constructoras brasileñas lideraron, generando de paso, una estructura política fiel y disciplinada con los dirigentes regionales y locales, periodistas y operadores político-judiciales, gravemente comprometidos con la corrupción verde-amarela. Todos ellos están unidos por una sólida auto percepción de constituir un grupo social con un común interés, lo que les permite desarrollar una estrategia común, a diferencia de la derecha peruana, agotada por sus egoísmos y desfinanciada por el cínico pragmatismo del empresariado.

Esta semana se librarán duras batallas del más fino ajedrez político, en el PJ, en la JNJ, en la Casa de Pilatos, y en el Ministerio Público. Todas tendrán un lenguaje común: el jurídico, pues se trata de encontrar los mejores argumentos constitucionales y legales para concretar objetivos políticos inmediatos. Quienes pierdan, quedarán desprestigiados y muy cerca de la cárcel. Si gana la partida la corrupción, consolidará sus posiciones hegemónicas al interior del Estado por la próxima década; si lo hace la derecha desorganizada, sentiría la ausencia de un objetivo común con el que todos sus integrantes puedan identificarse, para actuar en consecuencia, por lo que dudo que sepa aprovechar su hipotética victoria.

En ese contexto, el temor que provocó la grave sobrerreacción de Palacio de Gobierno contra la fiscal de la Nación puede tener consecuencias que amenacen su propia estabilidad. En una partida muy disputada, entregar la reina casi siempre conduce a la derrota total.

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