Sagrada Familia de Nazaret
Queridos hermanos, estamos celebrando el Día de la Sagrada Familia; una fiesta de gran importancia para la sociedad actual, en donde la familia es el núcleo de nuestras comunidades.
¿Qué nos dice la primera lectura? El libro del Eclesiástico: “Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros”. Esta palabra nos habla de los elementos más importantes de la sociedad, un padre y una madre; y el rol que cumplen en la familia. Hermanos, una nueva guerra ha comenzado y está atacando a la familia, el pilar de la sociedad.
Respondemos a esta lectura con el salmo 127: “¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor”. Observemos la importancia de un matrimonio, en donde el padre y la madre trabajan juntos por el bien común de sus hijos. Dios los hace uno: hombre y mujer. Si esta unidad existe, los padres educarán a sus hijos de la mejor forma, porque el mejor ministerio público es la familia y más aún si se fortalece, los estados se desarrollan y prosperan.
La segunda lectura es de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses: “Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión”. San Pablo nos invita a revestirnos de Cristo. ¿Qué es esto? Perdonar a nuestros enemigos y perdonarnos a nosotros mismos. ¿Perdonamos nuestros pecados o los justificamos? La hipocresía hace que justifíquennos nuestros pecados y acusemos a los demás. “Sed agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente”, continúa san Pablo. El misterio de esta riqueza es vivir agradeciendo a Dios. La palabra concluye así: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. Esta autoridad no es de un servicio absoluto, ni de sumisión, sino creativa y unitiva. Es decir que propicia un amor único en la familia, de la madre hacia el marido y sus hijos.
El evangelio de san Mateo nos dice: “El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Al igual que en este tiempo, la familia está en peligro y, por tanto, la sociedad. Sin embargo, cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: “Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño”. Dos tenía un plan para Jesús en Israel, donde se realizará la manifestación de la obra y el ser de Jesucristo. La revelación del Hijo de Dios crea en el hombre vida eterna, nos da la gracia de poder amar.
Que la bendición de Dios Todopoderoso recaiga sobre ustedes y sus familias.