¡Salas Arenas debe ser removido cuanto antes!
Estaba más que cantado. Un golpista asesino, como Antauro Humala Tasso, hermano del corrupto Ollanta, inscribió su partido de nombre “coincidentemente” Antauro ante el Jurado Nacional de Elecciones JNE, quedando expedito para participar en los comicios de 2026 gracias al visto bueno del –todavía– presidente comunista del ente electorero –más que electoral– Jorge Luis Salas Arenas, sospechoso de allanar el triunfo a Pedo Castillo al permitirle postular a la presidencia por Perú Libre en una plancha incompleta, integrada solamente por una postulante a la vicepresidencia, Dina Boluarte, en vez de dos, como dicta la ley; quien asimismo figuraba como funcionaria de Reniec, condición legalmente prohibitiva para su participación. Pero este comunista Salas Arenas no solo favoreció a Pedro Castillo cometiendo ese dolo electoral, sino que asimismo se opuso a confrontar el Padrón del Reniec con aquellas decenas de miles de actas conteniendo irregularidades, que le fueron presentadas –en reclamo– por Lourdes Flores Nano y un grupo de acendrados ciudadanos, en representación de la sociedad, demandando que los documentos fueran contrastados por el ente electoral oficial. En esa oportunidad, el presidente comunista del JNE hizo mutis por el foro, contraviniendo la norma electoral, sin importarle un caracol. Esta vez, con el mismo Salas Arenas al frente de Jurado, el JNE autorizo la inscripción del partido llamado Antauro (liderado para todos los efectos por el condenado por asesinato. Antauro Humala), manifestando que “no consta que el citado Antauro Humala forme parte del partido Antauro”. Una insoportable tomadura de pelo y una gravísima falta de respeto a la ciudadanía por parte de esta entidad que le pertenece a todos los peruanos, pero la mantiene secuestrada un comunista tramposo, culpable de haber conducido a este país a un estado de ruina sociopolítica, económica y moral, sin precedentes en su historia.
Cómplices del comunista Salas Arenas, responsable del caos en que nos encontramos, amable elector, son esos 130 congresistas sentados en su curul llevándose decenas de miles de soles cada mes, sin mover un dedo para, siquiera, intentar solucionar la grave coyuntura nacional. En todos los tonos se les ha demandado que remuevan al tal Salas Arenas. ¡Y nada! No se han interesado en hacerlo; ni mucho menos han investigado la trampa electoral que perpetró. Vale decir, le facultan a seguir manipulando elecciones: esta vez en 2026, si acaso durase hasta entonces en el cargo la presidente Boluarte.
El comunista Salas Arenas sigue presidiendo el JNE, salivando apoyar al candidato de su simpatía ideológica –como hizo con Castillo– quien, a no dudarlo, en esta oportunidad será el tal Antauro Humala. ¿Cómo es posible que los peruanos permitan que les lleven de las narices una manga de sujetos políticamente extremistas, so pretexto de defender el Estado de derecho y la democracia? ¿No se dan cuenta de que hace más de un año este país está siendo gobernado por la camorra caviar, asociada al marxismo, que aniquila la democracia y violenta el Estado de derecho con su conducta totalitaria disfrazada del buenismo de todo socialista?
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